LAS DOCE CASAS ASTROLÓGICAS
♈️ LA CASA 1
Modo de Expresión: Angular, Acción. Regente:
Aries/Marte Nivel de Experiencia: Fuego, Identidad
En el Ascendente la atención no está dirigida
hacia el mundo visible, exterior, de continuos cambios, sino hacia la vida
interior, intima, personal, con la esperanza de encontrar una realidad central:
la suya. Al nacer, somos niños, no individuos completos. Nuestra primera y
única preocupación es nosotros mismos, la búsqueda progresiva de lo que nos
dará un sentimiento de seguridad, de estabilidad y, eventualmente de poder. Por
esto estimamos que es falso ver en la 1 el cuadro de una personalidad completa;
ella representa un punto de partida, una serie de potencialidades humanas, que
han sido "seleccionadas", de manera todavía misteriosa bajo forma de
"genes". Esta "selección" nos diferencia a los unos de los
otros, nos propone una estructura de ser capaz de manifestar una actitud
particular de la naturaleza humana, según el ritmo que nos es propio. En la 1,
se tiene pues una visión de las posibilidades de base. Hay un impulso, aún
imposible de formular, hacia la búsqueda instintiva o intuitiva (en el sentido
Junguiano del término), del núcleo de su ser. Pero este ser no es lo que el
"yo" creo ser. El "yo" consciente o ego se identifica a su
nombre y a su cultura, el lado social del ser. Pero el ser -es decir lo que se
es- es una expresión de los cuatro ángulos del mapa en su relación particular
con el universo. Este ser esencial es el resultado de su orientación precisa
con el universo, en el lugar y en el momento del nacimiento. Los cuatro ángulos
establecen la estructura de esta orientación y su carácter es revelado por los
Signos que se encuentran en ellos. El Ascendente nos indica el carácter fundamental,
así como la finalidad del ser esencial, la razón de su encarnación, desde el
punto de vista de las necesidades del universo del cual se es una expresión particular.
Esto de lo que se ha llamado el destino: lo que uno va a ser y también lo que
se es. La egoícidad es el ser en tanto que forma única existente en el espacio;
el destino estructurado por el mismo poder que nos hace lo que somos, traduce
esta egoícidad en el tiempo, bajo la forma de futuro. Se refiere a la
actualización de la potencialidad de la egoícidad definida al nacer por los
genes y las influencias del entorno social, cultural, planetario y cósmico.
Cada ser posee así una forma permanente y una forma dispuesta a llegar a ser lo
que es esencialmente, lo más frecuente al hacer la experiencia de lo que no se
es. La experiencia más esencial de la 1 es la de la diferenciación. El carácter
de su unidad no es un hecho concreto de la 1; es preciso esperar a la 4 para
demostrar concretamente lo que se es. El Ascendente no es más que el principio
del proceso; la 1 la concepción de sus diferencias, diferencias que darán poco
a poco, nacimiento a una conciencia del yo particular. El poder dinámico en el centro
de los esfuerzos que se hacen para individualizar y actualizar lo que la
humanidad espera de nosotros, está representado por el planeta que
"gobierna" el Signo del Ascendente. Por el contrario, los planetas
que se encuentran en la 1 indican las energías, las funciones que afectan
poderosamente el sentido de egoícidad: dado esto es preciso tener en cuenta en
la vida, para emerger como individuo, de su condicionamiento familiar, social y
religioso. Durante tanto tiempo como una persona respira según un ritmo
instintivo condicionado por la sangre y el ritmo cardíaco, vive en un nivel
biológico y socio-cultural; es un ser humano que no posee más que una identidad
social y que está estructurado por un ego. Obtiene su sentido de egoícidad de
su familia, de su herencia particular, del lugar en el que vive con sus
tradiciones, su religión, su manera de comportarse. Esas son sus diferentes
posesiones que le condicionarán y le procuran su sentido de egoícidad: mi país,
mi familia, mi hogar, mi marido, mi mujer, etc. En lugar de una conciencia de
la egoícidad auténtica, hay un ego formado por las circunstancias de la vida,
ego que lucha por mantenerse frente a las diversas presiones ejercidas por
otros egos y por los valores culturales adoptados por su comunidad "de ahí
la ley del más fuerte" y el "engaño del consciente" del que
habla Jung: se es una expresión de automatismos raciales, biológicos,
colectivos.
Al partir del momento en que una persona
empieza a respirar deliberadamente, según su ritmo individual establece poco a
poco sus propios valores de la vida; separándose gradualmente de la naturaleza
psíquica constituida por el país, la familia, los valores e instituciones
colectivas. Individualizarse quiere decir que se es bastante fuerte para
mantenerse de pie solo, sin "muletas", como individuo responsable e
independiente de los ataques biológicos y socio-culturales. Se está dispuesto a
pasar por la prueba del aislamiento de la que habla Rudhyar en
"Tryptych", prueba de la Casa Primera. Esta separación de las
matrices psíquicas y culturales -que son necesarias en un primer tiempo-
conduce a lo que los hindúes llaman un "segundo nacimiento",
condición en que la situación positiva de aislamiento puede crear una reacción
negativa bajo forma de soledad. El que consigue aislarse aparece como un ser
distinto. Pero relativamente sólo y distinto porque no es un miembro de la
multitud, sino que posee su carácter propio. Actualmente, a mucha gente le
gustaría llegar a esta distinción, pero no siendo aún más que egos en los
cuales la verdadera egoícidad no ha nacido todavía, tan sólo conseguirán
volverse "diferentes". Acentuarán las diferencias más o menos
artificiales y llegarán a ser individualistas más que individuos. Y el
individualista no hace más que crear sentimientos de distancia, de
incompatibilidad, de alienación, de miedo, de soledad. Como dice Rudhyar:
"puede ser original, no un origen". No intenta hacer valer su
verdadera identidad, sino tan solo acentuar las diferencias que lo alejan de
los otros; manifiesta sus posesiones en lugar de su egoícidad. Es necesario de
todas formas darse cuenta que el aislamiento de la 1 no es una meta en si sino
un punto de partida, una fase transitoria de desarrollo. El Ascendente. y la
Casa 1 indican las condiciones o las circunstancias necesarias y utilizables
para realizar su egoícidad así como el papel que puede y debe interpretar para
cumplir una necesidad de la humanidad. Funcionar es expresarse por las acciones
de lo que se es; expresarse por las acciones necesita un gasto de energía. Hay
numerosas formas de energía actuando en el hombre y en el universo. La
astrología las reduce a doce Signos del Zodiaco, pero estipula que cada Signo
tan sólo es una expresión diferenciada de la única energía solar. Por esto el
Signo que se encuentra en cada uno de los ángulos del mapa indica el género de
energía de la función (Junguiana) representada por el ángulo. En cada caso es
preciso emplear conscientemente la energía del Signo; es preciso desear hacer
la experiencia de esta energía lo más completa posible, incluso si el hecho de
actuar así plantea problemas, provoca crisis o la incomprensión de los demás.
Hay una segunda relación con el (o los) planeta que se encuentra en 1. Hemos
dicho que el Ascendente representa la capacidad de ser o de lo que se es en
tanto que individuo relativamente único. Imaginemos de nuevo al recién nacido
en observación tumbado boca bajo sobre el Horizonte y escrutando el Este. ¿Qué
es lo que la vida le traerá? ¿Qué desafío emergerá de sus primeras experiencias
y condicionará así su aproximación al universo? Este desafío se encarna en el
primer planeta que aparece al Este, imprimiéndose así sobre el consciente
abierto de la persona. Esta huella será muy poderosa si el planeta que sale
primero se encuentra en la 1. Más el concepto de "planeta que sale
primero" se aplica también a un planeta que se encuentra en 2 o 3, siempre
que sea el primero en alcanzar el Ascendente en sentido horario.
♉️ LA CASA 2
Modo de Expresión: Sucedente, Seguridad.
Regente: Tauro/Venus Nivel de Experiencia: Tierra, Material
En esta fase del ciclo individual, nos
encontramos todo lo que será necesario para manifestar concretamente nuestra
egoícidad durante esta vida: todo lo que la raza, la nación, la familia nos ha
llegado, todo aquello que es fruto de encarnaciones pasadas y que nos da, esta
vez, bajo nuestra propia óptica, el sentimiento de nuestro valor personal. Esta
Casa se refiere pues a nuestro cuerpo y a nuestros instintos, a los
sentimientos y los pensamientos que caracterizan nuestro temperamento personal,
a los dones especiales o a las cualidades innatas. Abarca todo lo que
"yo" de la 1 puede utilizar, diciendo: Eso es "para mí",
para demostrar personal y socialmente su egoícidad. Es la síntesis de todos los
elementos heredados de un pasado racial, familiar y personal, síntesis que
servirá al alma para conseguir el objetivo de su encarnación. La estructura de
la persona y su destino se encuentran en 1; la 2 nos enseña lo que se debe
utilizar para transformar esta estructura, en un primer tiempo, lo que es
necesario transformar progresivamente si verdaderamente se desea ser un
individuo actuando en función de su destino potencial único. La Astrología
tradicional tan sólo reconoce las posesiones de la 2 en un nivel social y material:
el dinero, los bienes, la fortuna personal, en particular adquirido por sus
propios medios. Pero en efecto, aparte de estas posesiones adquiridas existen
también las posesiones heredadas por las que no se ha hecho ningún esfuerzo
particular: primero el cuerpo y enseguida, todos los elementos materiales y
psicológicos que nos son necesarios, se nos ha dicho, absorber para funcionar,
no solamente como ser biológico sino como persona que tiene un nombre y una
etiqueta social. Aceptamos en general de una manera inconsciente y automática
todo lo que la 2 nos ofrece como medios. No buscamos ser consciente de esto y
aún menos utilizarles de manera significativa y creadora, según el objetivo
propuesto por el Ascendente. Nos identificamos con las posesiones en vez de
utilizarlas objetivamente. En efecto cuando la 2 está acentuada en el mapa
natal, o por Progresiones y Tránsitos, las experiencias de la vida nos inducen
a volvernos más objetivos con las posesiones, bien sea en uno u otro plano.
Nuestra actitud habitual se cuestiona o puede hacernos sufrir. Uno se
individualiza en la forma y en la medida en que se intenta escoger
conscientemente lo que se quiere aceptar como perteneciente a uno mismo. Y esta
elección puede hacernos sufrir porque no se quiere lo que se posee o se quiere
lo que no se posee. En efecto, sin las tradiciones, los conceptos, los
sentimientos y los hábitos adquiridos y enraizados en la sangre de la raza, la
mayoría de las personas creerían que no existen. La 2 deberá sin embargo
enseñarnos que es necesario hacer una separación personal con un solo objetivo
de nuestra vida, y solamente aquellas. Lo que importa espiritualmente, es el
empleo que se hace de estas posesiones, empleo que no depende ni de la
cantidad, ni de la naturaleza de estas posesiones, es la calidad del empleo lo
que cuenta. Hay que utilizar lo que se posee de manera más individual, más
creativa, más generosa, más noble y lo más responsable posible. Lo que
poseemos, ya sea mucho o poco, es exclusivamente el medio, el único medio, de
que disponemos para poder dar cuerpo a lo que somos potencialmente en 1. No se
puede demostrar o probar a los otros lo que somos, más que utilizando lo que
poseemos. Y debemos aún transformar estas posesiones heredadas y adquiridas
para adaptarlas al objetivo de nuestro verdadero ser esencial. En 2, debe
revelarse su verdadero valor personal, así como las cosas y las ideas que se
encuentran personalmente valiosas y no porque la sociedad les adjudique un gran
precio. Esta Casa nos revela nuestro sentimiento de "potencia" (o de
impotencia) frente a no importa que campo de experiencia; puede también sugerir
una tendencia a un complejo de superioridad o de inferioridad en un caso
particular.
Hemos visto que la prueba de la 1 consiste en
transformar su individualidad cada vez más distinta y más precisa en vez de
simplemente diferente con relación a las otras individualidades. De la misma
manera nuestras posesiones no tienen ningún valor espiritual si las utilizamos
únicamente para acentuar nuestras diferencias, nuestro egocentrismo, nuestro
orgullo, si las consideramos como privilegios. En la vía de la transformación,
es necesario utilizar los medios a nuestra disposición para vivir más
eficazmente, más exactamente el destino innato. Es preciso sentir y percibir
intuitivamente lo que es posible en medio de lo que se es, y adaptar el empleo
de sus posesiones al objetivo de transformación. La astrología no debería
querer cuantificar a la manera de la ciencia; ella trata ante todo de valores y
de esfuerzos cualitativos. De hecho, los planetas que se encuentran en 2 no se
refieren a la cantidad, pequeña o grande, de las posesiones, sino a la actitud
que se deberá tener hacia lo que se posee. El hecho de tener muchos planetas en
2 no significa necesariamente que en principio las cosas van a ocurrir en ese
campo de experiencia. Eso significa más bien que lo que ocurra en ese campo
atraerá la atención de la persona de una manera especial y tal vez compleja,
según la naturaleza de los planetas. El empleo conveniente de las posesiones va
a desencadenar problemas que es preciso resolver activamente, voluntariamente.
Una persona que tiene muchos planetas en 2 no es por lo tanto ni muy rica o muy
pobre en bienes o capacidades; más bien el empleo de los bienes o capacidades que
posee van a plantear problemas específicos. Los problemas significan siempre
ocasiones de desarrollarse e indicará la manera más adecuada que un individuo
tendrá para desarrollar y utilizar sus capacidades y de su riqueza para hacer
efectivo el poder que dará sustancia y cuerpo a su personalidad. El Signo en la
cúspide de la 2 indica la actitud de base que debe tener el individuo hacia lo
que posee "por derecho de nacimiento". El planeta regente de este
Signo indica el género de actividad o medio por el cual esta actitud de base
debe exteriorizarse normalmente de la mejor manera, se refiere al género de
actividad del individuo, al madurar, puede utilizar para adquirir riqueza,
posesiones o capacidades. Las Casas representan los 12 "campos de experiencia"
fundamentales que nos permite a cada uno llegar a la madurez psicológica y de
esta manera realizarse en tanto que individuo. De esta manera podemos decir que
no estaremos jamás en plena posesión de nuestros poderes y facultades si no nos
atrevemos a realizar plenamente la experiencia de todo lo que la vida nos
presenta y encontramos la solución a los problemas que nos plantean. Esta
"plena posesión" es el objetivo final de todas las experiencias de la
2. Los bienes materiales o el dinero, los inmuebles y una cuenta bancaria no
garantizan esta "plena posesión"; de hecho, a veces, ocultan el
problema principal de la 2 y el medio de resolverlo. La "plena
posesión" no se consigue más que a través de un empleo significativo,
intencional, creador o transformador.
♊️
LA
CASA 3
Modo de Expresión: Cadente, Aprendizaje.
Regente: Géminis/Mercurio Nivel de Experiencia: Aire, Social e Intelectual
El primer significado de esta Casa viene del
hecho que ella sigue a las Casas 1 y 2. Cada uno de nosotros es un campo para
la integración potencial de su visión individual (1) y de los hábitos
adquiridos (2). En 3 tiene lugar esta integración, que es a menudo un
conflicto. La calidad del entorno y de la mentalidad personal -condicionada
como está por la educación- decide en 3 de la forma en que el ego y el hogar
serán (en 4) alimentados preferentemente por las energías de la 1 y la 2. En
todos los casos, los valores de la 1 y la 2 deben encontrarse, unirse, inter-penetrarse
y, si es necesario, luchar por la supremacía. Esta integración, o esta lucha
tiene lugar en un marco diario, por las relaciones que establece con sus
semejantes y las condiciones de vida que ofrece la sociedad. Estas relaciones
nos revelan lo que somos potencialmente, ya que nuestros semejantes encarnan
numerosos elementos humanos que nosotros poseemos, aunque no los deseemos. En
nuestro entorno, somos confrontados a los hábitos, costumbres y creencias de
nuestra familia, a los vecinos, a los compañeros de escuela, etc.; vemos todos
estos factores colectivos en acción. No podemos rechazarlos a menos de
rebelarnos y de dejar el entorno o de huir con los sueños y las fantasías. Si,
una vez vuelto objetivo y critico a su parecer, rechazamos este entorno, eso
significa que la 1 -nuestro sentido innato de nuestro carácter único -se ejerce
tan intensamente que queramos repudiar la 2 -el pasado colectivo y las
tradiciones familiares y sociales que hemos heredado. Pero tal repudio no
quiere decir que no hayamos heredado nada de esta naturaleza colectiva y
ancestral; significa solamente que le damos un débil valor reprimiéndola o no
deseando reconocerle las manifestaciones. Si rechazamos este pasado, ¿sobre qué
basarnos para dar cuerpo a nuestra visión y a nuestros ideales individuales?
Las reacciones del entorno nos van a revelar en primer lugar nuestras
limitaciones. Salimos al mundo intentando hacernos aceptar, poniendo a prueba
todas nuestras cualidades innatas y nuestras ideas y ¿qué encontramos? Que,
frecuentemente lo que somos, hacemos o decimos disgusta a ciertas partes de
nuestra comunidad. Ella puede ignorar nuestras necesidades y problemas o tener
prejuicios contra lo que somos y hacemos. La insensibilidad, ver la enemistad
del entorno, puede crear toda clase de obstáculos, pero estos obstáculos y
estas limitaciones son las que nos van a permitir descubrir nuestra auténtica
fuerza y encontrar los medios para mantener la cabeza alta frente a los
desafíos y pruebas de la vida diaria. Conociendo nuestras limitaciones podemos
pues definir mejor lo que somos y el valor de lo que poseemos. La 3 nos va a
enseñar la mejor manera para nosotros, de unirnos a las personas y a las cosas
de nuestro entorno inmediato; la mejor manera de probar a los otros lo que
somos esencialmente como individuo. Naturalmente hay entornos más hostiles o
más difíciles que otros. Pero hay que admitir que el entorno en el que se ha
nacido nos provee de lo que es necesario para descubrirnos y conocer poco a
poco el mejor medio de utilizar nuestros dones y posesiones de nacimiento. Si
el entorno es duro, será porque debemos desarrollar la fuerza del carácter
necesaria para hacernos un sitio. El problema consistirá sobre todo en la forma
de transformar nuestra fuerza potencial latente en poder efectivo. Algunos se
van a someter al entorno, a aceptar pasivamente sus condiciones o a desarrollar
un sentimiento de inferioridad personal. Otros van a luchar contra los impactos
de la vida y otros a intentar dominarlos por la astucia o incluso van a
transformar los enemigos potenciales en amigos o en servidores gracias al amor
y a la bondad que sabrán expresar. Pero en 3, la actitud es en principio la del
oportunista que va a sacar el máximo sin inconvenientes. Los problemas de la 3
son problemas de relación (esta Casa forma parte del triángulo que parte de la
7 y comprende también la 11), pero de relaciones vistas únicamente en función
de la ventaja personal y de lo que se puede obtener. Estos problemas serán por
otra parte siempre de naturaleza muy concreta, práctica y inmediata. Incluso si
se los aborda de manera idealista y muy poca práctica.
Se desea demostrar su manera de relacionar las
cosas y las ideas, sus opiniones, y se debe hacer cuando la 3 está acentuada.
De esta manera se aprende si su "modus operandi" es el mejor o no: la
experiencia vivida es aquí nuestra mejor enseñanza. En un nivel biológico esta
Casa se refiere a los sistemas que adaptan la percepción interior de la egoícidad
personal a los impactos recibidos por los sentidos y que integran las células y
órganos con miras a una operación orgánica eficaz. En un nivel psicológico, la
3 se refiere al desarrollo de la inteligencia y de las facultades
intelectuales. La lengua es la base necesaria para el desarrollo intelectual.
Sin ella es difícil expresarse y relacionarse personalmente con los demás, con
la sociedad, con las generaciones futuras. En un nivel intelectual, el lenguaje
constituye la unión entre generaciones, entre el pasado y el futuro. Es por
esto que la 3 se relaciona con los estudios que permiten integrar su
originalidad potencial (1) a los tesoros colectivos de la civilización (2). Además,
se puede en 3, comunicar los frutos de esta integración, oralmente o por
escrito, a su entorno próximo o lejano. Según Rudhyar, se puede definir la
inteligencia como la capacidad de adaptarse totalmente a las necesidades del
entorno. Ella exige el desarrollo del pensamiento que permite la asociación de
las impresiones y de las sensaciones, de las ideas, de las palabras. Permite el
empleo eficaz del saber y del saber hacer: para ser uno mismo, para integrar
las diferentes partes de uno mismo al nivel del cuerpo y de la psique, para
relacionarse armoniosamente con el entorno, para integrar su pensamiento y las
ideas. Rudhyar dice que en 3 afrontamos las pruebas de la inteligencia, porque
es ante todo el carácter de nuestro pensamiento el que decide nuestra manera de
absorber y, benéfico, de asimilar nuestras experiencias del entorno. Si los
valores de la 1 predominan sobre los de la 2, la erudición y el saber basados
sobre la memoria de informaciones aprendidas, se vuelve sabiduría. No se puede
aprisionar la inteligencia en los sistemas o los dogmas intelectuales o el
intelectualismo tan estimado por nuestros contemporáneos. Se debe observar el
Signo que está en la cúspide de la 3, porque cada uno establece una orientación
particular hacia el entorno y una manera particular de utilizar el poder del
pensamiento. Se debe mirar también en que Casa se encuentra el planeta regente
de este Signo. Esta Casa y este planeta van a indicar la mejor manera de actuar
según la orientación indicada por el Signo, así como el campo de experiencia en
el que es preciso aplicar está orientación. Esta manera de actuar (planeta)
estará naturalmente condicionada por los aspectos que recibe de otros planetas.
La 3 es una Casa mucho más importante de lo que nos hacen creer los
significados tradicionales. En ocultismo se dice que la energía sigue al pensamiento,
que nuestros pensamientos condicionan lo que somos capaces de llegar a ser.
Así, gracias al desarrollo del pensamiento estamos a punto de llegar a ser en 3
aquello que somos potencialmente en 1 o, en su aspecto negativo, se es la
víctima inconsciente de las circunstancias del entorno circundante. En los
momentos en los que la 3 está acentuada podemos saber mejor donde estamos y lo
que somos capaces de conocer sobre nuestra egoícidad: es preciso buscar los
significados, establecer los contactos, buscar demostraciones y pruebas.
♋️ LA CASA 4
Modo de Expresión: Angular, Acción. Regente:
Cáncer/Luna Nivel de Experiencia: Agua,
Alma y emocional
La astrología humanística y transpersonal de
Rudhyar da un sentido psicológico a los significados superficiales que se
encuentran en los manuales habituales. Esta profundización es muy necesaria
para la 4, Casa en general mal comprendida. El simbolismo tradicional viene del
antiguo concepto de una Tierra llana, sólida, sobre la que se construye casas y
en la que se recolectan frutas, verduras y riquezas del subsuelo. Para la
tradición es el hogar, el mundo familiar, los padres, la casa y el país natal,
el hogar propio; nos da datos sobre los negocios inmobiliarios y la muerte: el
hombre debe volverse polvo. Este significado superficial es naturalmente
todavía válido. Debemos, sin embargo, añadirle un sentido más profundo desde
que sabemos que la Tierra es un globo y que, por este hecho: tiene un centro.
El Horizonte del mapa es una porción de la superficie curva del globo, de
manera que el centro de la Tierra corresponde simbólicamente al Nadir (fondo
del cielo). La 4 se extiende por lo tanto más lejos que el centro de la Tierra.
Prolongando el eje vertical Cénit-Nadir hacia abajo llegamos a las antípodas, a
todo el cielo, visto por aquellos que viven al otro lado de nuestro planeta. A
causa de la rotación axial de la Tierra, algunos de estos cuerpos celestes
pueden llegar a ser parte integrante de la experiencia de una persona; pero, de
manera general, podemos decir que representan el contenido del inconsciente, la
parte subjetiva del ser. Esta parte subjetiva del ser es el depósito del que
surgirán las facultades, realizaciones y actitudes de una persona, bajo el estímulo
de contactos con el mundo exterior y los otros seres humanos. La 4 representa,
pues, un conjunto de posibilidades y sentimientos no expresados, de influencias
ancestrales y ambientales, de impresiones de infancia. Constituye la vida
interior del ser, la raíz de sus intuiciones, de sus sentimientos, de sus
fantasías y sueños, de sus deseos subconscientes: los contenidos de su vida
psíquica. Todo lo que puede emerger en la vida consciente, "encima del
suelo", tiene sus raíces aquí y esta emergencia se llevará a cabo bajo el
impacto de las experiencias de relación con el mundo exterior. Sin embargo, la
persona no llega a relacionarse verdadera y objetivamente a los otros mundos y
al mundo exterior antes de la Casa 7. En las Casas bajo el Horizonte, y en 5 en
particular no se une a los otros; se expresa, se proyecta el contenido de su
psique sobre un sueño, una imagen, encarnada por razones misteriosas y
kármicas, en otra persona. Es preciso observar aquí que, aunque analicemos las
Casas como continuación, en la experiencia real "actúan" todas a la
vez; se interpretan. Pero, de hecho, antes de llegar al nivel individual,
cuando se es aún más que una expresión no diferenciada de la multitud, toda la
vida subjetiva y psíquica del ser (las seis Casas bajo el Horizonte) se
establece bajo el poder dominante del hogar y la familia (la 4). El hogar y los
padres constituyen el "eje" de la persona y todas las otras Casas son
"raíces secundarias" que contribuyen a sostener una vida interior
homogénea, sólida, pero todavía de hecho inadaptable e inadaptada. A este
nivel, la vida interior es una vida de sentimientos (palabra clave de la 4 y de
todo el cuadrante Norte-Oeste). Se limita a lo que da sentido de seguridad y de
fuerza que condiciona la evaluación de las cosas. En 4, cada uno de nosotros
tiene su propio sentido de estabilidad, enraizado en el sentimiento de que
"pertenecemos" a alguna cosa vital, fundamental, con un pasado y un
futuro y raíces que nos aportan vida. Cada uno tiene su cuadro de referencias
que le permite juzgar si la persona o experiencia con la que se relaciona tiene
un significado mentalmente hablando o le satisfacen emocionalmente. En un
primer tiempo, este marco está constituido por el hogar, la familia y, más
tarde por la tradición social, religiosa, ética. Pero el hecho de haber pasado
de una imagen de la Tierra plana a la esférica con un centro y el simbolismo
que esto conlleva nos lo puede decir. En vez de buscar la seguridad, la
estabilidad en nuestras relaciones superficiales y nuestras posesiones
materiales, debemos actualmente buscarlas en nosotros mismos, en el centro de
nuestra naturaleza transformada en global. En el nivel biológico y
socio-cultural, esta experiencia de centro y de globalidad no es todavía
posible. Se es aún una criatura ligada al suelo productivo, generalmente
enraizado en un lugar particular que se llama "mi país", "mi
familia", etc. En tanto que miembro de una comunidad, de una cultura, de
una línea particular, se está enraizado en el suelo psíquico colectivo que
establece para si el modo de aprehensión a las presiones de la sociedad. Al
crecer llegamos al momento en que debemos seguir el ejemplo de los mayores,
casarnos y establecer nuestro propio hogar, nuestro puesto en la sociedad. En
un nivel socio-cultural, el mismo hecho se repite de generación en generación y
encuentra su simbolismo en la 4. Cada uno desea establecerse según los valores
que dominan su psique, enraizarse, llegar a ser una persona concreta en el
mundo objetivo. Hay que querer individualizarse, de contar con uno mismo. En
lugar de buscar seguridad, es preciso buscar su "centro". Al alcanzar
su centro se puede, como el planeta Tierra, llegar a ser "global".
Pero esto requiere un cambio en la cualidad esencial de la conciencia y de los
sentimientos. Es preciso haber sentido la inutilidad de la búsqueda habitual de
cimientos, de seguridad. Nunca es fácil alcanzar el centro de su ser global, a
menos de desearlo con todo su ser, es casi imposible llegar allí. Es necesario
mucha energía, una concentración de todos sus medios con el único objetivo de
llegar al centro, para que no sea desviado en el camino por el descubrimiento
de recursos o de "dones" que nos empujan a detener allí nuestro
camino. Si se tiene la fe y el valor necesario para persistir, se debe llegar
un día al centro, y como dice Rudhyar: "a ese punto en el ser donde todo
irradia verticalmente del yo esencial y creador". En el centro todo se
equilibra perfectamente; desde de su centro, uno se puede mover en todas las
direcciones, de forma que, lejos de ser un concepto estático, el hecho de encontrar
su centro quiere decir que se empieza a actuar en los sucesivos de forma mucho
más dinámica y creadora. Si no es éste el caso, no se ha llegado aún al
verdadero centro. Incluso, si el esfuerzo por llegar no ha sido bastante arduo,
bastante decisivo, lo que se alcanza no es aún el verdadero centro. El nivel
transpersonal se abre a aquel que ha llegado al centro de su personalidad
global, porque se comprueba que este centro es también el de la humanidad
("la humanidad común de los hombres" dice Rudhyar), o se llega a
encontrar la Fraternidad de los seres que forman la colectividad
"superior" en el seno de la cual es preciso ahora funcionar en lugar
de hacerlo en el nivel de la colectividad "inferior" que engloba a
los que viven aún en el nivel socio-cultural.
La persona que participa pasivamente en la vida
de su colectividad no es más que un espécimen indiferenciado; no es aún un
individuo capaz de manifestar concretamente la plenitud de su ser. Pero ya se
viva como espécimen de su nación y de su cultura o como individuo que ha
alcanzado su centro global, la cualidad de su vida básica, así como los medios
óptimos para llegar, están indicados por la 4. Se encuentra aquí aquello que se
presume seguro; aquel que ha pasado por la individualización se siente seguro
en 4 porque está "centrado", integrado. A partir del nivel
individual, la vida interior y psíquica de la persona toma, pues, un aspecto
diferente, ya que la persona es simbólicamente capaz de expresar creativamente
en su vida consciente no sólo lo que está visible en su nacimiento encima del
Horizonte, sino también lo que está visible en los cielos en las antípodas. Se
ha vuelto un ser global, que actúa a partir de su centro individual y que es
capaz de revelar concretamente los poderes existentes en todos los niveles de
su ser total. Rudhyar, al hablar de la 4, nos dice esto: En un nivel
individual, se empieza a realizar que los dos polos psíquicos, Hombre y Mujer,
están tan activos uno como otro en un solo individuo, a partir del momento en
se vuelve creativo. El hogar es el símbolo de, y la preparación para la
formación de un alma individual, producto de lo que los hindúes llaman el
"segundo nacimiento". Cuando el alma, la identidad potencial en 1, se
encarna verdaderamente en la personalidad en 4, la individualización está
realizada. Hasta donde esto es posible, las experiencias resultan de la
pulsación rítmica entre los dos polos psíquico constituidos por un hombre y una
mujer, son un ensayo para objetivar esta realidad espiritual que se debe, al fin,
encontrar en si mismo. Por esta razón, las profundas modificaciones que tienen
lugar hoy día en los conceptos de matrimonio y del hogar tiene una importancia
muy grande psicológicamente hablando. Cada vez más y más las personas son
impulsadas a unir en ellos esos dos polos psíquicos -macho y hembra- y a
expresar la unión en una vida de individuo creadora en la que domina el alma,
el yo esencial, en lugar del ego, el yo existencial. Para descifrar el
significado de la 4 en el mapa natal, se debe en principio mirar el grado y
Signo que se encuentra en el Nadir. Estos factores indican la manera típica que
tiene la personalidad de abordar el problema de la estabilidad y de la
integración global de su ser en la continuidad de sus experiencias. Bien que se
encuentre la estabilidad que resulte de un contacto con el centro de su ser o
en acción en alguna fundación material, concreta y sólida, el Fondo del Cielo
enseña lo que el destino nos ha preparado. No nos enseña hasta dónde se puede
ir, ni lo que nos va a satisfacer, si cómo hay que abordar el problema como
consecuencia de las experiencias desde el nacimiento. La Casa donde se
encuentra el regente del Signo indica el campo de experiencia en el que se debe
concentrar su atención para encontrar una solución al problema de estabilidad.
El (los) planeta (s) en 4 indica qué actividades va a modificar y colorear la
búsqueda de estabilidad y del centro de su ser. No olvidaremos considerar los
aspectos del planeta regente y de los planetas en 4. El hecho que no haya planetas
en 4 no quiere decir que no pasa nada en ese campo de experiencia con relación
a la familia, el hogar, los cimientos o que no esté interesado en la búsqueda
del centro de su ser global, significa solamente que en esta vida, y por
diversas razones, puede ser que el problema de estabilizarse, de centrarse haya
sido resuelto "en el pasado"; en todo caso, esta falta de énfasis
indica simplemente que, durante esta vida, es preciso concentrar su atención en
otra parte, allí donde estén los planetas.
♌️
LA CASA 5
Modo de Expresión: Sucedente, Seguridad.
Regente: Leo/Sol Nivel de Experiencia: Fuego, Identidad
Esta Casa revela la cualidad de la liberación
de poderes y capacidades, que se han hecho suyos, en 4, de manera concreta y
segura. Hay un movimiento centrifugo que permite a los sentimientos de la 4
transformarse en emociones, movimientos ajenos a uno. Hay liberación de una
energía potencialmente creadora pero que se disipa a menudo por falta de
conciencia. Se expresa o se exterioriza según lo que se es capaz de hacer. En
2, se heredan ciertas energías propias de la naturaleza humana, sobre la base
de sus genes y de sus vidas anteriores. Primero, durante la infancia intenta
afirmarse poco a poco por su manera de controlar y utilizar su cuerpo. Seguidamente
gracias a las experiencias que ocasiona este esfuerzo de utilizar su cuerpo y a
las reacciones del entorno de la 3 a su manera de actuar se empieza a conocer
mejor esta naturaleza humana que se utiliza. Finalmente se llega en 4 a
construir su propia personalidad, con un nombre, rasgos y capacidades muy
propios. Puede parecer fácil decir "yo soy Pedro o Juan" o el nombre
que se tenga. Sin embargo, delante de un público o de un grupo de personas que
no se conocen particularmente bien, no siempre es fácil decir su nombre
claramente y sin cierta emoción. La forma en que una persona anuncia su nombre
puede ser reveladora de ciertos rasgos del carácter. Muchas personas
tartamudean, son tímidas, no llegan a pronunciar claramente su nombre, tiene
una risa nerviosa o bien nos arrojan su nombre como una bofetada. Nos es por lo
tanto suficiente sentirse seguro de si mismo tan sólo cuando se está aislado,
en familia o entre personas a las que se conoce bien (Casa 4). Hay que poder
exteriorizar en 5, lo que se es, presentarse a los demás de manera que lo tomen
en serio y causar un impacto en la sociedad. Es preciso poder anunciar lo que
se es y quien se es. Dicho de otra forma, es la manera de cómo se expresa el
poder (descubierto o establecido en 4) de su personalidad que hace que el mundo
y los otros nos amen o nos odien, nos sonrían o tengan miedo de nosotros. El
mundo nos va a preguntar: ¿Quién eres? y, en 5, vamos a responder no solamente
por nuestro nombre, sino también con nuestra manera de ser, por nuestra actitud
y también por nuestras pequeñas manías. En 5 el problema reside pues en la
manera de expresar lo que se es individualmente y de acometer la obra de su
vida sin perjudicar a los demás o a si mismo. Es preciso pues actuar en 5, no a
través de una persona, una máscara, sino de manera que permitamos a los demás
conocernos, según nuestras acciones, nuestro comportamiento, nuestras
creaciones que deben ser una exteriorización de nuestro egoísmo, de nuestra
vitalidad, de nuestros poderes o capacidades personales. Como hemos dicho es
preciso actuar de forma que no nos perjudiquen ni a nosotros ni a los demás.
La Casa 4 es la Casa de los sentimientos porque
se siente según el género de la personalidad que se ha llegado a ser en 4.
Estos sentimientos pueden ser conscientes, nacidos con valores socio-culturales
reconocidos y asimilados, o bien pueden ser inestables o incluso
incontrolables. Sin embargo, tales sentimientos en 4, tales emociones en 5, a
menos que haya obstáculos entre lo que se siente y el esfuerzo de expresarlo en
emoción. Se puede estar enamorado de alguien, pero ser incapaz de realizar la
más mínima experiencia amorosa a causa de algún complejo. Esto se traducirá
como una incapacidad de actuar como amante; se siente uno torturado, se vuelve
agresivo. Según Rudhyar, se experimenta poderosamente en 5 el deseo de
propagarse y de inmortalizarse. Cada organismo quiere hacer inmortal su
esencia. Este es el sentido de las actividades procreadoras y creativas en 5,
de todos los deseos de auto-proyección sobre el ser de uno o de un bien-amado/a,
de todos los gestos dramáticos, de los sacrificios personales necesarios en la
educación de los niños que llevarán su nombre. Sin embargo, se puede en 5,
extenderse personalmente como ego y dejarse propagar, gracias a sus
actividades, a un objetivo al que se ha dedicado su personalidad en 4. La
prueba de la 5 es también lo de la pureza, de la capacidad de ser un agente que
permite la liberación, a través de él, de poderes que responden a una necesidad
humana. Ser puro en 5 quiere decir intentar expresar lo que se es de manera
innata, como yo mismo y nada como otro. Actuar como yo mismo significa
interpretar el papel que es suyo en tanto que parte consciente de un todo más
grande. Es preciso estar maduro para la necesidad inherente de ser
conscientemente lo que se es y permanecer fiel al yo propio y su propósito
esencial. Este propósito esencial se encuentra oculto, sobreentendido en la
clase de poderes y capacidades que se encuentran potencialmente en la persona
en 4 y buscan expresión en 5. Expresándose, la persona comprende poco a poco la
naturaleza de sus poderes y capacidades y, al mismo tiempo, el objetivo
esencial de su vida: su Dharma. Se aprende gradualmente a actuar
conscientemente, según una motivación neta y clara, según un objetivo meditado,
se individualiza. Pero es preciso no solamente aprender a interpretar su
instrumento a la perfección, a desarrollar plenamente la eficacia de su cuerpo
y de su psique, sino también a interpretar su papel en la orquesta de la
humanidad, tal como existen en el "reparto" universal. Seguidamente
si todo va bien, viene el nivel transpersonal, en el que se llega a ser
consciente del papel que se puede interpretar en el seno del todo más grande
según la naturaleza de sus poderes personales.
Se comprueba que la fuente del poder que anima
los poderes personales es el más grande todo, como el Sol es la fuente del
poder que los planetas distribuyen, cada uno a su manera y según su naturaleza
en el seno del sistema solar. Al igual que un planeta se intenta llegar a ser
un agente puro del único poder solar y un agente particular y diferenciado de
este poder único. El Signo de la cúspide de la 5 indica el género de expresión
que permitirá a la egoícidad verdadera revelarse activamente, en las circunstancias
que condicionan el destino. El planeta regente de este Signo indica, según su
posición en Casa, el campo de experiencia principal en el que es preciso
focalizar esta expresión o quien la condiciona en primer lugar. Los planetas en
5 van a colorear los intentos de autoexpresión, así como la cualidad de la
expresión. Ellos dan indicaciones sobre la naturaleza emocional y sobre lo que
la modifica. Estas indicaciones no se refieren a lo que debe llegar en la vida,
sino a lo que está a disposición del yo para utilizarlo. No representan una
fatalidad, sino las ocasiones particulares y necesarias para exteriorizar y
realizar concretamente su propia genialidad. Es pues preciso intentar utilizar
de manera natural y espontánea las cualidades del Signo en la cúspide de la 5
como material de base para la expresión creadora individual, hay que aprender a
utilizarlas plenamente. Es preciso también comprender que la creatividad de una
persona no depende de la presencia o ausencia de planetas en 5, como Rudhyar
por ejemplo, puede ser intensamente creador. De hecho, su creatividad no
plantea problemas; será natural y espontánea. El desarrollo consciente e
individual está siempre ligado a las experiencias de las Casas que contiene
planetas. Si hay énfasis en 5, indica sobre todo que la atención de la persona
estará constantemente atraída por las experiencias propias de la 5, debe
escoger conscientemente, crear según sus medios, a un nivel o a otro, o bien la
vida le va imponer problemas en las experiencias de la 5, problemas que es
preciso ver -nunca se repetirá bastante- como ocasiones para desarrollarse
conscientemente como individuo. Allí donde no hay problemas la vida fluye
apaciblemente en un nivel biológico y socio-cultural. No hay ninguna incitación
a la individualización y mucho menos, a la transformación. Se individualizará y
se transformará gracias a los problemas que resuelva, a las confrontaciones
aceptadas valerosamente, a las crisis que solas permiten una metamorfosis.
Estos problemas, confrontaciones y crisis no se presentan más que en las Casas
que contiene planetas.
♍️
LA CASA 6
Modo de Expresión: Cadente, Aprendizaje.
Regente: Virgo/Quirón Nivel de Experiencia: Tierra, Material
Nos acontece a todos comprobar por fin que lo
que hacemos, sentimos y pensamos no responde completamente al ideal de
comportamiento y de realizaciones personales que perseguimos. Incluso la
persona más competente es consciente de ciertas lagunas porque su competencia
tan sólo es, generalmente, una máscara destinada a ocultar su sentimiento de
incertidumbre, su miedo de no triunfar. La enfermedad, el dolor, los conflictos
interiores son los signos de un fracaso relativo. En 6, vemos lo que debemos
hacer constatando nuestras lagunas en la expresión personal. Cuando estamos a
la altura de lo que la vida nos pide, enseñamos solamente nuestras capacidades
para la obra. Pero cuando nuestras capacidades no están a la altura de lo que
la vida nos exige, físicamente o mentalmente, nos revelamos entonces tal como
somos como persona. Nos revelamos en la calidad de nuestra reacción a la
comprobación de nuestras lagunas y de nuestros fracasos. No es nuestra
capacidad de actuar lo que cuenta, sino la calidad de nuestro esfuerzo así como
el efecto de este esfuerzo sobre nuestro carácter. Para que sea positivo, este
efecto debe ser una transformación -primer significado de la 6, Casa Cadente-
de nuestra personalidad, incluso si no es más que parcial en un primer tiempo.
Y esta transformación debe alcanzar al empleo del cuerpo y de sus órganos así
como a los deseos de los instintos. Así, buscamos en 6 una nueva forma de
vivir, a continuación del fracaso o de la decepción que sigue inevitablemente a
toda actividad egocéntrica de la 5 con vistas a expandirse o a inmortalizarse.
¿Qué hacer para transformarse? Muchos creen que es simplemente necesario actuar
contra los impulsos egocéntricos de la 5, por la disciplina o perdiendo su
identidad en una devoción total a un gurú, a un maestro o a un ideal. Esta
creencia viene del hecho de que las Casas 4, 5 y 6 son tres formas de expresión
del ego. La forma de la Casa 4, se manifiesta por lo que es la persona
concretamente y de manera continua y por las experiencias del hogar. La forma de
la 5 se manifiesta gracias a los esfuerzos, en todos los niveles de expresión
de poder que se han incorporado en uno mismo en 4. En nivel biológico es la
procreación; en los niveles socio-culturales e individuales, es la proyección
del ego sobre la pantalla socio-cultural, sobre la base de los sentimientos y
de la voluntad personal. La forma de la 6 difiere de las otras dos por las
siguientes razones: Nosotros sabemos que el Horizonte - las Casas 1 y 7-
representan los dos polos de la conciencia humana: subjetiva en 1, objetiva en
7. En 1, tenemos la proyección relativamente permanente de un sueño o de una
visión subjetiva de nosotros mismos. Las Casas que la siguen bajo el Horizonte
se refieren en principio a la búsqueda de los elementos que, en la experiencia
parecen sólidos, seguros y permanentes; y después al esfuerzo de dar expresión
a estos elementos. El ego establecido en 4 constituye, en un primer tiempo,
aquello que parece a la persona un punto de referencia estable para los
diversos acontecimientos y transformaciones con los que la conciencia realiza
la experiencia. Este ego se expresa pues en 4 y 5; pero, en 6, su expresión
debe sufrir una transformación. Sabemos que el Horizonte, que simboliza la
conciencia, no es una linea recta, sino una curva que se desvía desde de la 12
hacia la 1 y de la 7 hasta la 6. Eso significa simbólicamente que la 6 se
comprime en vista de lo que sucederá en 7, en el nivel de las relaciones
humanas. De hecho se encuentra frente a una crisis de reorientación de todo lo
que ha expresado en 4 y 5. Debe aceptar conscientemente sus limitaciones y
errores, de ello resulta dolor o la necesidad de someterse a principios de
comportamiento que frenan su libertad de expresión personal. Dicho de otra
manera la 6 representa una forma de expresión negativa, de auto-maestría de
renunciamiento. Se siente la necesidad de dedicarse a un personaje o a una
causa que parecen incorporar las cualidades necesarias para franquear las
crisis. Esta dedicación es la expresión de un ego que quiere negar su pasado y
desea ardientemente un estado futuro. De hecho, él se venera tal como desea ser
mañana; el niega lo que ha sido -y lo que es- y anticipa lo que será.
Cualquiera que sea el modo elegido o impuesto por la vida, la 6 nos llama a la
transformación.
Cuando hay énfasis sobre la 6, por la presencia
de planetas en el nacimiento o por Progresiones o Tránsitos, no hay que querer
huir de esta llamada a la transformación. Conformarse, limitarse a los hábitos
y técnicas adquiridas es aceptar una condición de existencia estática. Aquello
que no se desea cambiar o mejorar se cristaliza en el nivel socio-cultural.
Pero individualizarse es llegar a ser eventualmente un transformador, si se
utilizan las crisis de la vida personal como trampolín para una metamorfosis.
En 6 el ego debe prepararse para una participación fructífera en la sociedad en
7. Hay que prepararse para integrar el dominio subjetivo bajo el Horizonte al
dominio objetivo de encima. Esta integración de lo subjetivo y de lo objetivo,
del yo y de las relaciones, del ideal y de los hechos es la base de una
conciencia global y de una vida humana plena. Según Rudhyar, la 6 nos presenta
la prueba del sufrimiento y del servicio. En esta Casa afrontamos las
circunstancias que nos obligan a ver y a sentir nuestras faltas. Este
sentimiento de falta y de inferioridad ocasiona un sufrimiento; puede ser
también la consecuencia de una enfermedad o de un fracaso. Abordar
constructivamente tales circunstancias desarrolla el valor; abordarlas
negativamente, conduce a la compasión de uno mismo y al abandono. La capacidad
de decir no al pasado y de anticipar el futuro es el rasgo esencial de la 6.
Cuando esta Casa está acentuada, la persona debe siempre pasar por una crisis
que exige que vuelva la espalda a una situación dada y que a continuación se
oriente hacia el género de vida que corresponda en primer lugar a su egoícidad
verdadera. El trabajo y el servicio constituyen ocasiones de experimentar una
participación social, ocasiones que se ofrecen a un ego aún demasiado centrado
sobre si mismo; es una experiencia que despersonaliza. El Signo en la cúspide
de la 6 indica qué género de energía, qué cualidad del ser debe ser utilizada
para afrontar mejor las experiencias y algunas de las crisis de las Casas. El
planeta regente del Signo enseña, por su posición en Casa, y también por los
aspectos, el campo de experiencia en el que se van a encontrar los desafíos y
las crisis más importantes con vistas a una transformación potencial. Este
campo establece también el género de crisis y la forma en el que el desafío se
va a manifestar. Un planeta en 6 indica qué recursos se deben utilizar para
hacer frente a sus crisis personales. Las actividades y facultades presentadas
por el o los planetas en 6 pueden exteriorizarse fuertemente en los momentos de
las crisis, así como la ejecución regular de su trabajo. Indican también la
actitud personal hacía la enfermedad y el problema de auto-disciplina. Como la
ejecución regular de su trabajo. Indican también la actitud personal hacia la
enfermedad y el problema de auto-disciplina.
♎️
LA CASA 7
Modo de Expresión: Angular, Acción. Regente:
Libra/Venus Nivel de Experiencia: Aire, Social e Intelectual
En esta Casa, nos dice Rudhyar, hay que
desvelar uno de los más grandes misterios: el misterio de la evidencia, de lo
que es. Encontramos allí todo lo que es necesario encontrar, queriéndolo o no,
cada vez que salgamos de nosotros mismos y nos es preciso encadenarnos de una
manera o de de otra a lo que encontremos en el camino de la vida. Al evitar
encadenarse, retrocediendo, delante de la confrontación, uno se encadena por el
miedo, forma negativa de relación. Si empujamos ciegamente contra lo que nos
hace frente, establecemos una relación basada en el instinto. Pero si hacemos
frente abiertamente con valor, con un espíritu de asombro o de curiosidad y con
el propósito de querer crecer a través de la relación nos sumergimos en una
verdadera expresión de amor. Todo tiene su fuente en el yo y se renueva por la
relación. Hemos visto, como las experiencias de las seis primeras Casas bajo el
Horizonte están condicionadas por el sentido que se tiene de sí mismo; gracias
a estas experiencias aprendemos sobre nosotros. Incluso los sacrificios y las
entregas del ser de la 6 se basan en la renuncia del "mi-yo", lo que
quiere decir que el mi-yo domina a una conciencia. Pero en 7, se encuentra el
mundo en tanto que realidad objetiva, exterior al mi-yo. Se afrontan objetos y
entidades sobre las cuales no hay ningún control auténtico. Se descubre que se
debe admitir que están completamente fuera de uno. Se encuentran estos objetos
y estas entidades porque se salen de uno mismo y porque se desarrolla poco a
poco más allá de la imagen que se tenía del yo al partir en 1. Se los encuentra
como si fueran iguales que ponen en duda nuestro supuesto derecho de
extendernos hasta los confines del Universo. Hablando de la 5, hemos dicho que
el adolescente que "se enamora" no sale realmente de la imagen que
tiene de él mismo. No hace más que proyectar sobre la chica a quien ama la
imagen de sus propias necesidades. La chica representa el complemento, el
reverso de su personalidad. El dolor que puede provocar esta clase de amor si
no ha satisfecho, viene de un vacío interior que no ha sido colmado; es un
sufrimiento interior orgánico porque durante todo este tiempo él no sale de la
circunferencia de su yo. En 7, se debe salir de si mismo para encontrar
numerosas entidades diferentes. Y se las debe encontrar tal como ellas son, en
lugar de verlos únicamente la mayor parte del tiempo a través del prisma
deformante de sus tradiciones veneradas, de su educación, de sus deseos
personales. Es por lo que creyendo conocer completamente estas entidades a las
que se ha colocado debidamente etiquetas, se comprueba que no se las conoce, que
su verdadero significado se nos escapa. En el mundo objetivo toda cosa cambia
constantemente su relación con toda otra cosa, es por esto que debemos aprender
en 7 a hacer frente a los cambios continuos, de manera serena, bella, cálida,
generosa, con los ojos abiertos, honestamente e incluso con humor para
encontrar la totalidad del otro con la totalidad del mi mismo. En el nivel de
las relaciones que se forman entre individuos, vivimos pues en un mundo de
cambio. Pero, en su totalidad colectiva, este mundo permanece como es de manera
constante, bajo la forma de un todo social o cósmico. La 7 es el punto de
partida de una eventual participación funcional en el todo social o cósmico. En
la tradición, se hace una distinción entre el matrimonio, como una relación
idealmente permanente en 7, y los amoríos y romances episódicos de la 5. No
obstante, en 5 como en 7, las relaciones pueden ser bien sea permanentes, bien
sean temporales e imperecederas. Lo que diferencia esencialmente la 5 de la 7
es que en 5 el amante no se une verdaderamente a una persona exterior a él,
sino a una imagen que el proyecta sobre la persona. En 7, debe unirse a otra
persona objetivamente, con los ojos abiertos, sobre la base de igualdad. Que la
relación dure cinco meses o toda la vida no tiene importancia desde el punto de
vista del simbolismo de la 7. Lo que importa en 7 es, para los dos compañeros,
realizar la necesidad de desarrollarse por transformaciones constantes. No
debemos olvidar que la 7, es un punto de partida de una fase de experiencia que
no se materializa definitivamente antes de la 10. Es entonces falso ver en 7
experiencias de naturaleza estática. Toda tendencia a congelar las experiencias
de relación impide una verdadera integración personal y social. Hay que aceptar
al principio, la necesidad de una transformación dinámica de la relación. Sin
una tal transformación, en vista de una participación tan plena como sea
posible a la vida de sociedad -a la obra del mundo- según el nivel de sus
competencias, ninguna relación tiene verdadero sentido. Es necesario ver esta
participación en el todo más grande como la culminación y la prueba de toda
relación humana verdadera. Hemos dicho que todo tiene su fuente en el yo y se
renueva por la relación. En verdad el objetivo de nuestra vida se revela a
través de las relaciones que nos permiten encontrar nuestra función esencial en
la comunidad. No podemos demostrar el valor y la calidad de lo que somos de
forma innata, más que en nuestras actividades en relación con otros seres
humanos. En un nivel de la 7, la relación debe ser funcional con relación a un
vasto proceso global que incluye e incluso transciende el objetivo de los
individuos en relación. Pero será ese propósito global el que dará sentido a
nuestros objetivos individuales, incluso si no se es consciente. He aquí la
diferencia entre las relaciones en nivel de la 5 y de la 7. Sin embargo, esta
diferencia puede ser bastante sutil, porque lo que empieza como un "asunto
amoroso" en 5, puede llegar a ser una relación funcional en el sentido de la
7, a partir del momento en que ella estimula la actividad cultural creadora de
los participantes: porque este estimulo conduce a una actividad de pareja que
produce alguna cosa valiosa para el grupo, la sociedad o la raza humana. En 5,
no se busca en general, una relación, sino solamente la expresión del yo. Se
expresa lo que es; se enseña su manera de sentir las cosas, se libera sus
emociones, se continúa lo que se cree ser su objetivo en la vida. Pero se es
siempre (el eje yo-mismo) el actor, el centro de interés; el mundo sólo es la
escena. Y lo que se siente ser no siempre corresponde a la verdad. La única
forma de aprender lo que se es verdaderamente, de conocer el objetivo de
nuestra existencia, es por una relación más o menos permanente a un grupo, a
una persona, a una empresa que considera la realización deseada de algún
objetivo comunal, social o universal. Por la puerta de la 7 se entra en un
campo de actividad en el que es necesario aceptar la responsabilidad de llenar
una función definida en el seno de algún todo mayor, ya sea la pareja, un
grupo, una empresa o una comunidad. Hay que escoger una función que se
comprenda y que se puede realizar eficazmente. En general, no se encuentra al
primer golpe su verdadera función ni el género del "todo más grande"
en el seno del cual se puede actuar eficazmente. Sino que, se encuentra todo
después de años de cambio, de crisis, de esfuerzos; es siempre por estas
experiencias de relación que se puede probar, así mismo y a los otros, su
verdadero valor y ocupar así su verdadero puesto en el seno de la sociedad.
La 7 desea pues que se participe de manera
productiva en la vida de un grupo, de una comunidad. No es suficiente decirse
que, en una auténtica relación, no hay que ser egoísta sino darse, amar y comprender
el otro. Hay que velar también para que la misma relación no sea egoísta.
Existe siempre el peligro de un egoísmo a dos en el nivel de pareja, o de
egoísmo de la parte del grupo o de la empresa que se desea exclusiva. En 7, el
problema reside siempre en la manera de aportar al mundo algo valioso como
consecuencia y por medio de una relación. Sin embargo, no es necesario ver la
relación como un fin en si; la socialización del individuo nos es un ideal
absoluto, así como no lo es tampoco un aislamiento espiritual del individuo.
Hay siempre un juego mutuo y constante entre la 1 y la 7, una relación dinámica
del yo que intenta descubrirse gracias a las experiencias con los otros. Pero
en 7, hay acento sobre el descubrimiento de las experiencias relacionales que
permiten demostrar la validez, la aportación y la cualidad de su ser verdadero.
El Signo del Descendente muestra las cualidades que es necesario poner en
práctica en las relaciones de todas clases y esto con el propósito de hacer
valer con éxito las cualidades personales reveladas por el ASC. No olvidaremos
que al considerar la 7, es necesario siempre notar su relación con la 10,
realidad concreta bajo forma de participación eficaz en la vida de su
comunidad. Se puede tener en 7 ideas magnificas sin poder realizarlas
concretamente en 10. El aspecto entre el regente de 7 y el regente de 10 puede
dar una indicación. Se abordan las relaciones humanas y el mundo objetivo sobre
todo en función de la Casa en la que se encuentra el regente de la 7. Los
énfasis de planetas colorean o condicionan las experiencias de relaciones
interpersonales. Pueden también plantear problemas en este dominio o indicar
actividades específicas a las cuales es necesario tener en cuenta en sus
relaciones y en su vida objetiva. La prueba principal de la 7 es la
fraternidad. Hay que aprender a compartir, a abordar a los otros con un
espíritu de dador-dador reciproco. Es necesario también encontrar a los otros
sobre una base de igualdad para que a través de las experiencias de relación o
del amor se puede desarrollar todo, dejando a los otros (o al otro)
desarrollarse plenamente. Es necesario cambios mutuos; un amor que está
constituido del cambio continuo del uno en el otro por el reparto de sus dones
y de sus cargas. Hay que cambiar una interdependencia inconsciente en
fraternidad consciente, una reciprocidad a regañadientes en reparto deseado, en
participación gozosa. Hay que darse cuenta que cada parte de un todo está unida
a todas las demás partes por aquello que la hace distinta de estas otras partes
-distinta pero no diferente.
♏️
LA CASA 8
Modo de Expresión: Sucedente, Seguridad.
Regente: Escorpio/Plutón Nivel de
Experiencia: Agua, Alma y Emocional
Hablando de la 7, hemos dicho que, desde el
punto de vista de una relación entre dos entidades separadas, esta Casa es la
entrada en un mundo de cambio. Pero hemos dicho también que este mundo es
coherente y constante cuando se lo considera en su totalidad colectiva. Es el
mundo de la sociedad humana y, por esta razón, las Casas 7, 8 y 9 representan
las tres etapas de una búsqueda orientada hacia la mejor manera de participar
convenientemente en un todo social. Cada Casa encima del Horizonte puede ser
interpretada desde dos puntos de vista: con relación al Ascendente o al
Descendente. Esto es comprensible y justo ya que toda relación humana es
esencialmente bipolar; en la que los dos polos son la egoícidad del Ascendente
y de las relaciones del Descendente. Por esta razón, la 8 es la octava Casa con
relación al Ascendente, es por lo que la tradición quiere que la 8 se refiere
ya sea a la renovación, a la regeneración del yo, ya sea a la muerte. Pero es
también la segunda a partir de la 7; se refiere pues también a todo lo que da
el cuerpo y sustancia a las relaciones de la 7, a todo lo que las relaciones
pueden cosechar de su actividad compartida, en el seno de un grupo o de la
sociedad. Pero no es la egoícidad la que se regenera en 8; la egoícidad es un
factor permanente en la duración de la vida. No cambia, pero puede, en 7,
unirse a otras egoícidades. El individuo de la 1, encuentra su rival en la
sociedad gracias al reparto dinámico con otro, de todo lo que ha experimentado
en las seis Casas bajo el Horizonte. La vida social exige que cada individuo se
adapte según sus capacidades demostradas, a los propósitos de un grupo, de una
empresa o de la sociedad. Esta adaptación necesaria opera inevitablemente una
transformación en la vida del individuo. Debe salir del dominio subjetivo, bajo
el Horizonte y modificar la utilización que hace de sus poderes personales, con
el propósito de cumplir una función distinta en la sociedad. He ahí el sentido
de la regeneración: se es siempre uno mismo, pero se actúa según un nuevo
cuadro de referencia. A partir de la 7, se es una persona social, lo que quiere
decir que se tiene una función definida y productiva que cumplir en un grupo.
Por grupo quiero decir en primer lugar la pareja y la familia, después una
empresa, un negocio o tal vez, una fraternidad oculta o religiosa, una iglesia
o incluso una comunidad espiritual trascendente, tal como la "colectividad
superior" de la que ya he hablado. En todos los casos, esta participación
deberá significar el renacimiento del individuo en el seno de un grupo, puesto
que necesita primero que se conforma a las exigencias del grupo -así como el
nacimiento exige que el espíritu que se encarna acepte las limitaciones de un
cuerpo físico y de sus ritmos en la Casa opuesta a la 8, la 2. Sin embargo,
conformarse puede significar perderse pasivamente en el cuerpo con sus funciones
vitales o en la sociedad con sus costumbres. O bien conformarse puede ser una
elección deliberada con el objeto de ser aceptado por el grupo, con la
perspectiva de usarlo después para conseguir el objetivo personal. Permanece el
hecho de que cuando encontramos a otras personas, cuando nos asociamos,
comerciamos, amamos u odiamos debemos hacer frente a la necesidad de
conformarnos a las pautas predeterminadas de comportamiento social. Si
rechazamos el conformarnos debemos aceptar las consecuencias de este rechazo,
lo que puede significar la muerte, pero también a veces, la regeneración. Se
puede desear revelarse contra el conformismo -que se ve en 8- pero numerosas
pautas de comportamiento son necesarias. Los instintos corresponden a una
necesidad biológica, la reproducción de los cuerpos, por ejemplo. Por razones
de simple supervivencia biológica, social y cultural, los miembros de una
sociedad deben conformarse con ciertos tabúes, rituales y precedentes
tradicionales. En 8, el problema no consiste en conformarse o no, sino en
determinar hasta qué punto es necesario hacerlo. La construcción puede ser
psicológica -como consecuencias de miedos, de reacciones emocionales
inconstantes- o exteriores bajo forma de leyes, de preceptos éticos o
religiosos. Cuando se aborda la 8, hay que tomar en consideración dos factores:
el más importante es el propósito de la relación o de la asociación. Viene
enseguida la forma en la cual se desea trabajar unido para realizar este
propósito. Esta forma puede ser convencional, según los precedentes, o bien
puede ser nueva, desafiar los precedentes o intentar la transformación de los
hábitos o demostrar una nueva forma de hacer.
En un tema, el Descendente y la 7 indican el
género y la cualidad de nuestra manera de abordar todas las relaciones, ya sea
matrimonio, relaciones íntimas o asociaciones culturales, espirituales, de
negocios o comerciales. No hay pues que olvidar, analizando la 8, mirar primero
lo que ocurre en 7, si hay un planeta en 7, este planeta no actúa sólo en el
nivel de la 7, sino, ya que la 7 es un punto de partida de las experiencias de
relación en el cuadrante Sur-Oeste del mapa, condiciona también lo que ocurre
en 8 y 9. Por otra parte es evidente que es nuestra forma de abordar las
relaciones y la vida social lo que condiciona los propósitos y resultados de
estas relaciones y de la actitud social. Bien que haya que referir al Medio
Cielo. y a la 10 la realización del propósito definido de la vida -tal como
está sugerido por el Ascendente y la 1 -es en 8 donde hay que buscar la
solución a los problemas consecutivos al esfuerzo concreto y práctico que se
han hecho para elaborar este objetivo gracias a sus asociaciones. En 8 se
encuentran los problemas prácticos y concretos de la rutina de la vida. Se ve
también de qué manera hay que realizar concretamente su ideal de amor y de
felicidad, así como los proyectos destinados a obtener un beneficio en los
negocios. La 8 no es una Casa de sueños y de bellas palabras; hay que crear
cosas reales, por esfuerzos constantes, repetidos, prolongados, bien sea según
precedente o en vías profundamente nuevas. En esta Casa, y según su
aproximación de la sociedad, las asociaciones, el amor y el sexo, el individuo
se encuentra pues frente a los hechos y costumbres de la sociedad. Puede
abordar a las personas con un gran ideal de amor y de participación en su
corazón, pero debe encontrarlas en el contexto de un orden socio-cultural
establecido. ¿Qué impacto tendrá este contexto sobre sus ideales? ¿Se va a
conformar el individuo a los reglamentos, a las frases hipócritas, a los
numerosos rituales de esta sociedad? ¿Contraerá eternamente compromisos en sus
relaciones humanas? O por el contrario ¿va a desafiar las convenciones? Y si
(él) las desafía ¿verá la destrucción de su ideal o llegará a ser un
reformador, un pionero de nuevos precedentes? La 8 puede dar una respuesta a
estas preguntas o al menos indicar con qué orientación hay que tratar las
dificultades que se presentan en la rutina de la vida. Esta orientación está
dada por el Signo en la cúspide de la 8. La Casa donde se encuentra el regente
de 8 constituye el campo de experiencia que focaliza los problemas de la 8. Un
planeta en 8 indica el género de actividad psicológica para decidir si se
quiere conformar o transformar su manera de abordar las situaciones concretas
que derivan de sus asociaciones a todos los niveles. Indica también que es en
las experiencias de la 8 en las que el planeta expresará mejor sus cualidades.
♐️
LA CASA 9
Modo de Expresión: Cadente, Aprendizaje.
Regente: Sagitario/Júpiter Nivel de Experiencia: Fuego. Identidad
En 7, 8 y 9 se hacen experiencias y esfuerzos
por captar el significado de la nueva dimensión de vida que representa el mundo
de cambio constante constituido por las relaciones interpersonales y el juego
de las sensaciones como medio de aprender del mundo objetivo. En las Casas bajo
el Horizonte, los desarrollos de las potencialidades del yo conducen también a
cambios, pero estas transformaciones están siempre en función de la egoícidad
permanente que intenta actualizar lo que es. Por lo contrario, en 7, hay cambio
de polaridad ya que hay que incorporar todo lo que ocurre, no ya a su egoícidad
permanente, sino a la cualidad de relaciones constantemente cambiantes que son
necesarias para funcionar en la sociedad. En 7, se actúa en función de la
necesidad de unirse al mundo y a los otros. A medida que se establecen hábitos
relacionales según los frutos de estas relaciones, nuevos sentimientos nacen en
8. En 7, se encuentran personas al azar, según las necesidades de los
instintos, por comodidad o por obtener algún beneficio mutuo o incluso porque
se siente solo o que se desea profundamente participar en una realidad
inclusiva más vasta. Estos encuentros pueden conducir a experiencias
inesperadas que trastornan a la personalidad de una manera agradable o desagradable.
En 8 convergen muchos elementos perturbadores, simplemente porque al principio
se entra en relación de manera idealista, pero sin ninguna experiencia real de
reparto con los demás ni de las exigencias verdaderas de la vida en sociedad.
Por esta razón se tiene necesidad de la tercera etapa, la de la 9, en la que
hay que intentar comprender el por qué y el sentido de los resultados,
consecuencias, etc., en la forma que se ha tenido de unirse a los otros y a la
sociedad. Hay que comprender el por qué se ha ganado o perdido en los negocios.
Hay que comprender las limitaciones de los goces sexuales, las consecuencias de
la procreación de los hijos. En 8 se ha sentido el deseo, la necesidad, la
utilidad o la eficacia de un reparto de sus esfuerzos y talentos en una
actividad común. La vida de relación empieza, trae sus frutos o encuentra
dificultades. Se está obligado a actuar como una persona social -ya sea a favor
o en contra de los valores establecidos- en su comunidad. Se da cuenta
progresivamente de las limitaciones que esta vida unida impone o las ocasiones
que ofrece a los esfuerzos por expandirse o extenderse. Para darse cuenta, es
necesario no solamente actuar en 7 y sentir en 8, sino también pensar en 9. El
cuadro de referencia no es el yo-mí, sino los vastos complejos de valores, de
principios y de leyes que rigen la vida comunitaria; esto también engloba la
psicología, la filosofía, la ciencia, la religión, el misticismo, la astrología
y el ocultismo: todos los valores y formas de actuar, de sentir y de pensar
necesarios para sobrepasar los límites de su yo e insertarse de manera
armoniosa y productiva en la sociedad. En 9 se intenta pues explicar,
interpretar, entender, generalizar, sublimar, justificar, desviar de su
conciencia o rechazar el cómo y el porqué de las experiencias que resultan de
la vida en común sobre un plano intimo o social. Hay que hacer todo esto en
función de las experiencias reales obtenidas en las relaciones humanas y no
perder jamás de vista lo que es. Es el más grande desafío a nuestros filósofos,
científicos, juristas y eclesiásticos en los cuales los conceptos tienden a
menudo a ser de una tal obstinación que no tienen ninguna relación con los
hechos reales de la existencia. Los dogmas teológicos o los sistemas
"científicos" no pueden jamás reemplazar la comprensión psicológica,
humana. Con demasiada frecuencia la expresión de la 9 viene a ser una huida en
los paraísos ilusorios, una expresión de virtuosismo intelectualismo o
legalista, una huida en los sueños o en los viajes sin objetivo determinado. No
se encuentra allí más que las compensaciones psicológicas de sus fracasos en
las experiencias de las relaciones interpersonales, líneas de menor resistencia
para espíritus miedosos, cristalizados o perdidos en sus recuerdos. Los mayores
problemas que debe afrontar la humanidad contemporánea proceden principalmente
de un mal empleo de la 9 en la experiencia humana. En todos los asuntos que la
astrología asocia a la 9, hemos hecho abstracción del lado humano de la
experiencia relacional.
La ciencia ha deshumanizado el universo; la
religión ha transformado la personalidad humana en campo de batalla entre un
alma "divina" y una naturaleza "animal". La justicia social
se ha convertido en un proceso técnico, obsesionada por los conceptos de
culpabilidad y castigo, y que considera el crimen como una cosa en si, sin
relación con los hechos reales de las relaciones sociales, y, en todas nuestras
relaciones reclamamos nuestros "derechos personales", la
"libertad de expresión" y los "derechos de soberanía
nacional", sin hacer ningún esfuerzo para comprender la necesidad actual
de integrarnos en el seno de una civilización global, de participar todos en la
obra del mundo compartiendo libremente con los otros aquello que se tiene para
ofrecer, por el bien de todos. Según Rudhyar, la 9 presenta la prueba de la
significación. Cada uno intenta expandirse según el nivel de su comprensión, de
sus posibilidades y las condiciones que rigen su participación social. Puede
extenderse en el nivel físico, por los viajes -incluso en el espacio
interestelar- o por el desarrollo de los sentimientos en el amor o en la
búsqueda de experiencias místicas. Se puede extender mentalmente y también
espiritualmente por el estudio de los temas inscritos en la 9. Se puede extender
a todos los niveles, ya sea con el objeto de prolongar su comprensión de las
leyes de la vida, de saber cómo permitir al yo esencial tomar el lugar del yo
existencial; ya sea con el objetivo de saciar una ambición personal, así como
el orgullo y el deseo de poder del yo existencial. La ambición es un aspecto
negativo de la comprensión ya que se basa en la voluntad de utilizar sus
relaciones humanas para sus propios fines. Desgraciadamente, en nuestra
sociedad occidental basada en la competición entre individuos se busca el saber
de la 3 más que la sabiduría de la 9, porque el saber nos permite ensanchar el
yo existencial y ganar poder, prestigio y riqueza. Se utilizan los medios
ofrecidos por la sociedad y las relaciones para situarse personalmente. No se
intenta aumentar su comprensión y su capacidad de amar, únicos medios
verdaderos para ampliar su conciencia por la inclusión de elementos hasta
entonces extraños o desconocidos. Se puede tener problemas en 9 porque nuestro
deseo normal de expansión sufre frustraciones repetidas a consecuencia de las
presiones ejercidas por la sociedad, la familia o el compañero. Experiencias
que han podido ser extrañas o prematuras en el dominio transcendental o
trágicas en el dominio relacional impidiendo a veces, la expansión buscada en 9
o bien el deseo de amar y de cooperar no suscita ninguna respuesta. En fin,
existe siempre, en 9, el peligro de absorber más de lo que se puede
verdaderamente asimilar -ya sea alimentos, dinero, poder social o político o
simplemente porque, ávido de aprender, se absorben demasiados hechos que no se
asimilan verdaderamente. El estudio de la 9 no dice cuál de sus posibilidades,
cuál de estos niveles entra en pleito, ni cuál será mejor para el individuo.
Según el Signo sobre la cúspide, no se ve más que la actitud general frente a
todas las posibilidades de expansión de conciencia más concentrada en el campo
de experiencia de la Casa que contiene el regente del Signo de la 9. Si hay
planetas en 9, hay que utilizarlos en todo esfuerzo de ampliación y de
expansión y de comprender el significado de las cosas. El camino hacia la
expansión y la comprensión que sugiere la 9, puede conducir a la persona a
través de muchos campos de experiencia y de conciencia.
♑️
LA CASA 10
Modo de Expresión: Angular, Acción Regente:
Capricornio Nivel de experiencia: Tierra, Material
Uno de los rasgos fundamentales que
caracterizan al hombre es la capacidad de mantenerse de pie con una columna
vertebral vertical. Esta capacidad simboliza su poder de ser un ego
independiente, ya que, de pie, el hombre es una proyección radial del centro de
la Tierra, pero libre de orientarse a voluntad; esta libertad es poder. Como
puede tenerse de pie, el hombre no está sometido enteramente a las energías
colectivas que circulan en el plano horizontal. Hay dos polos en el poder
humano, así como hay dos polos en la conciencia humana. Unidos, estos cuatro
polos constituyen la cruz del Meridiano y del Horizonte. En el polo Este del
Meridiano actúa la conciencia personal de ser relativamente único; en el polo
Oeste, esta conciencia es transformada constantemente por la experiencia de las
relaciones con los otros seres, sobre una base de igualdad esencial. En el
Fondo del Cielo (Nadir), el individuo descubre sus raíces, las bases concretas
de su vida personal. En el Medio Cielo aprende el alcance de su participación
al todo esencial o universal. Aprende por las experiencias resultantes del
esfuerzo que hace para asumir su responsabilidad en tanto que ego de pie entre
otros hombres de pie. La sociedad puede darle poder -dinero, prestigio,
privilegios- por los servicios que le rinde. Pero el Medio Cielo puede recibir
poder de la comunidad espiritual: del Hombre, de la Iglesia Invisible, de la
Logia Blanca, si acierta a encaminarse en el camino transpersonal que lo une a
la colectividad superior. Desde una época relativamente reciente los jóvenes
pueden escoger su ocupación social, su profesión. Esta libertad plantea
problemas que no existían cuando el niño continuaba la carrera de su padre o de
la tradición familiar. Cuando la 10 está acentuada hay que preguntarse: ¿Qué
significa para mí hacer un trabajo u otro, seguir tal carrera o tal profesión?
¿Qué me va a proporcionar esta ocupación? ¿Qué es lo que yo puedo ofrecer para
el cumplimiento de esta tarea? ¿Qué es lo que puedo hacer mejor? Detrás de
estas preguntas hay otras, más profundas, a las cuales hay que responder: ¿Qué
sentido, qué orientación debo dar a mis relaciones con mi comunidad, mi
sociedad, mi cultura? ¿Cuál es el valor de lo que aprendí en la escuela y en la
iglesia, de los que mis padres han dicho, del ejemplo del comportamiento que me
han ofrecido mis padres, mis amigos y mis maestros? ¿Hasta qué punto estoy
obligado a conformarme con lo que hace, siente y piensa todo el mundo? ¿Hasta
qué punto me atreveré a ser yo mismo y a vivir mis ideales propios? No es fácil
responder a estas preguntas y por otra parte pocas personas se las plantean.
Sin embargo, a partir del momento en que uno desea ser libre de escoger su
destino, se vuelve responsable de la elección que se hace, del objetivo que se
considera, incluso si se escoge inconscientemente. Que hablen o no de libertad
la mayoría de las personas no intentan descubrir la meta individual que debería
decidir la elección de su ocupación. Se sigue la ley del menor esfuerzo, de
modo que aquello que se cree ser libertad resulta esclavitud: una actitud de
aceptación pasiva o de rechazo violento del ejemplo propuesto por los padres,
amigos, consejeros, etc. Sin embargo, bien se sea libre o no, que se permanezca
en el mismo empleo o que se cambie constantemente se continúa siendo
indefectiblemente lo que se es y se aporta lo que se es en toda ocupación, en
toda carrera.
Cuando la 10 está acentuada, lo que cuenta son
las experiencias que se tienen en el ejercicio de su profesión, de manera
profesional y relativamente única, lo que se aporta a las personas y a la
profesión. En esta Casa la prueba concierne a la actitud personal hacia las
realizaciones o fracasos, el empleo que se hace de la posición social que se
alcanza. ¿Qué hacer con el poder social que un grupo nos ha confiado? ¿Se va a
utilizar honestamente para el bien del grupo o tan sólo para aumentar su propio
prestigio? No se puede determinar la actitud profesional únicamente en función
del individuo y de su mapa natal. Por la simple razón que esta elección está
necesariamente condicionada por las ocasiones que ofrece la sociedad particular
en un momento particular de desarrollo. Hay naturalmente en cada uno tendencias
psicológicas generales que lo harán más apto o más feliz en una u otra
profesión. Pero estas tendencias tan sólo significan la mitad de la historia;
la otra mitad está escrita por las condiciones sociales en el seno de las
cuales el individuo debe operar necesariamente. En los manuales, se clasifican
las profesiones según los planetas sin darse cuenta que el significado de estas
profesiones, no es lo mismo hoy día que en el pasado, además hay profesiones
nuevas y la importancia relativa de la vida profesional ha cambiado. Por otra
parte, las mujeres ejercen actualmente una actividad socio-profesional o un
oficio; que incluso se ha creado para ellas. Pensad por ejemplo en el hecho de
que la mayoría de las secretarias hoy día son mujeres. Parece claro que el
indicador planetario del oficio de la estenotipia y de secretario es Mercurio.
Por lo tanto, el número de mujeres que trabajan como secretarias -a causa de
las condiciones sociales actuales- ciertamente supera el número de aquellas que
tienen Mercurio como "regente" de la profesión. Yo creo que, si un
joven tiene dificultad en escoger entre muchas profesiones, la astrología puede
ayudarlo enormemente analizando las posibilidades -no para él sino con él-
según su mapa natal, así puede hacer una elección más significativa basada en
la totalidad de su ser y de su destino, en lugar de escoger según el humor del
momento o según la sugestión de un tercero. ¿Cuáles son los factores
tradicionales que se utilizan para determinar la aptitud profesional? En primer
lugar, está la 10, con las Casas 2 y 6, en segundo plano está el planeta que
sale antes que el Sol, sobre todo los planetas personales: Marte, Venus.
Mercurio y la Luna. ¿Qué es una profesión? Es el lugar que ocupa un individuo
como participante en las actividades de la sociedad. Esta definición general es
necesaria para demostrar por qué la profesión o la vocación corresponden a la
10. Así la maternidad puede ser una auténtica vocación y un verdadero místico
puede cumplir su destino en el seno de la humanidad viviendo en la soledad de
su hogar, de un convento, de un monasterio o en la jungla. La 10 y el planeta
regente de la 10 nos dirán la naturaleza de la participación verdadera y
fundamental de una persona en la obra del mundo. Ésta no siempre es de la
naturaleza del trabajo que proporciona sustento, el propio y el de la familia.
De hecho, la 10 corresponde cada vez menos a este género de trabajo, a medida
que las horas de trabajo disminuyen y que el trabajo consiste cada vez más en
controlar las maquinas. En este caso la 10 significa más bien la vida pública
durante las horas llamadas de "ocio" mientras que los detalles del
trabajo rutinario se ven en la 6. Dicho de otra manera, la vocación indicada
por la 10 se convertirá, en la actividad libre, en tanto que participante responsable
en los asuntos sociales, culturales y políticos. Cuando una persona decide lo
que ella desea hacer en la vida, la cosa más importante que hay que comprender
es que ella deberá escoger para la misma ocasión aquello que crea que son los
mejores medios para demostrar eficazmente lo que es como individuo. El rol que
ella asuma en el vasto sistema de actividades de la sociedad establecida, en
teoría, en el campo en el que puede hacerse valer mejor. De una manera o de
otra cada uno de nosotros debe revelarse por sus obras. El problema es saber
cómo, dónde hacerlo lo mejor posible. En astrología humanística, es el
Ascendente el que revela el lado único y original del individuo. Pero el
Ascendente lo revela en tanto que potencialidad de ser; sugiere el carácter del
individuo -cómo- ser, y tal como podría llegar a ser. Lo que la persona es en
potencia no llega a ser realidad concreta más que en 4. La herencia (la 2) y
las influencias del entorno (la 3) proveen al niño de materiales -físicos,
psíquicos y mentales-, que deben ser absorbidos, asimilados e incorporados en
el campo de experiencia de la 4, allí donde se debe establecer su personalidad,
su hogar, sus raíces de base. Después de haber pasado por las experiencias de
la 5 y la 6, el ser humano llega en 7, al dominio de la relación humana en la
que él debe mostrarse más o menos conscientemente dispuesto a cooperar con
otro. La asociación, la cooperación significan esencialmente la actividad en
común. En 7 se aprende a adaptar su actividad a la de otros; se añade así
alguna cosa a las acciones de los otros y se recibe alguna cosa a cambio. A
través de las experiencias de las Casas 8 y 9 la persona se mezcla más y más
profundamente a las actividades comunes. Asimila los precedentes o los rechaza,
tal vez, en un estado de excitación emocional que carece de madurez. Estudia
las leyes y costumbres que rigen todas las relaciones sociales, desarrolla su
comprensión de los diferentes temperamentos humanos estudiando la historia, la
filosofía y viajando. Alcanza así la madurez, al menos en teoría, y debe estar
dispuesto a probar su valor por una contribución a su sociedad y a la raza
humana.
Como individuo maduro, desarrolla su verdadera
naturaleza, resuelve por si mismo sus propios problemas y colma las necesidades
de su sociedad. El problema de la vocación tiene un doble aspecto. Primero, el
joven debe descubrir quién es; a continuación, debe encontrar el campo de
actividad pública o profesional que le permitirá aportar su peculiar
contribución. ¡El mejor campo de actividad no es siempre el más fácil! La mejor
profesión es aquella en la que se encuentren experiencias que estimulen más a
la persona a ser ella misma y a dar lo mejor de ella misma. Por ejemplo, si su
contribución personal, la más esencial es aportar la luz espiritual a las
personas, lo hará más eficazmente en condiciones sociales extremamente ocultas.
Si está destinada a remover, tomar la iniciativa, incitar a las personas a
actuar, perder viejos hábitos, el mejor lugar para hacerlo será allí donde haya
inercia, un conformismo ligado a un comportamiento de rutina, o bien allí donde
se dedica un culto a las formas tradicionales de cultura y de religión. Debemos
también comprender que, en nuestra sociedad, no hay ninguna separación absoluta
entre dos profesiones, que no se está irrevocablemente encasillado según su
trabajo, que se puede respetar el trabajo manual tanto como el intelectual -y
que el primero proporciona frecuentemente más dinero que el segundo. Además, no
se está sometido a una sola ocupación; pero un hombre es irremediablemente lo
que es. Se llega a ser lo que es, en no importa qué carrera. El problema no
consiste pues en descubrir las capacidades de alguien, sino más bien en
descubrir lo que está dispuesto y emocionalmente libre de hacer con sus
capacidades innatas. Ya que el Ascendente. muestra la individualidad del yo, la
condición del Ascendente y de la 1 es muy importante en la elección de la
verdadera vocación. Es sin embargo el Signo del Medio Cielo el que, asociado,
al planeta de ese Signo, indica la naturaleza de su contribución esencial a la
sociedad. En particular el regente del Signo muestra la manera en la debería
hacer valer su yo esencial. La Casa que contiene este planeta indica en que
campo de experiencia se puede aportar su contribución más significativa a la
sociedad, en las condiciones de vida normales.
- La relación entre las Casas 10-6 y 1 como
últimas indicaciones importantes para la elección de la vocación está la
relación que existe entre el regente de la 10 y el regente de la 6 y la
relación entre la 1 y 10.
- Para la relación entre las Casas 6 y 10, hay
que observar si hay un aspecto entre los planetas que gobiernan estas dos Casas
a si es el mismo planeta el que gobierna a las dos. Si hay una Conjunción, una
Cuadratura o una Oposición entre los regentes de estas dos Casas o si es el
mismo planeta el que gobierna a las dos, es probable que, en el plano de las
circunstancias, la persona esté sometida a unas contrariedades que comprometan
seriamente sus esfuerzos y su juicio en la elección de los actos o de las
relaciones o aún confusión del espíritu que crea conflictos aparentemente
insolubles en los negocios. Llega a ser necesario establecer una disciplina
estricta en la forma en la que se aplican sus energías, psicológicamente y
socialmente hablando. Hay que mantener una separación neta entre estas dos
formas -psicológica y social- de expresarse.
- Para la relación entre las Casas 10 y 1, hay
que observar si hay planetas a la vez en las dos Casas o si no hay en ninguna de
las dos. En estos dos casos, no hay probablemente problemas específicos en la
adaptación de los deseos personales a los asuntos profesionales o económicos
-al menos problemas conscientes. Por lo contrario, puede haber problemas de
vocación en el caso en que haya 1 o 2 planetas en 10 mientras que la 1 está
vacía. En ese caso los negocios están determinados en gran parte por las
compulsiones de las circunstancias exteriores. La persona se encuentra
constantemente mezclada en los asuntos cotidianos de su comunidad o del grupo
social especifico que engloba sus intereses particulares. Cuando haya planetas
en 1 y no en 10, es probable que la persona estará constantemente perturbada
por reacciones complejas debidas a su condicionamiento esencial y a su carácter.
Reaccionará pues a las exigencias de la vida de una manera demasiado personal,
como si todo lo que ocurre tuviera un mensaje particular y personal para ella.
Dicho de otra manera, sentirá a menudo lo que ocurre como una limitación.
♒️
LA CASA 11
Modo de Expresión: Sucedente, Seguridad.
Regente: Acuario/Urano Nivel de experiencia: Social e Intelectual
Esta Casa Sucedente es una Casa de liberación
de poder en la que se emplean de diversas maneras los frutos de sus actividades
socio-profesionales en 10. En 11, el poder a disposición viene de la sociedad o
más bien está engendrado por las actividades sociales o profesionales que se
han tenido en tanto que participante en la obra del mundo. Este poder existe
pues en función de la capacidad que se tiene de obrar por el bien de un grupo
-nación, iglesia, clase, club, profesión. Cuanto más acierto se tiene en 10 en
hacer cualquier cosa que el grupo encuentra valioso más recompensas y poder se
tendrán en 11. La actitud que se tiene frente a su participación social
condiciona los frutos posibles en 11. Si se vive en el nivel socio-cultural
buscando dinero y el prestigio, entonces en 11, se buscarán los placeres
mundanos, los ocios como fugas sociales o bien perderá su tiempo en vagas
esperanzas de una vida mejor, sin tener la voluntad necesaria para llevarlas a
cabo. Pero si se vive en el nivel individual o si se aspira a una vida
transpersonal, entonces la 11 se vuelve un dominio en el que se desarrolla una
visión nueva de sus posibilidades como agente creador obrando con otros agentes
creadores para el bien del todo mayor. Se intenta elaborar planes concretos
para el mejoramiento de las condiciones sociales existentes, se desea elaborar
objetivos socio-profesionales nuevos. Se une conscientemente a otros verdaderos
individuos, movidos por el mismo deseo de cambio social, cultural o espiritual.
Se vuelve uno intermediario para la realización concreta de los fines de la
colectividad superior. Cualquier que sea la tarea realizada en 10, hay que
utilizar los resultados de una manera o de otra. En 11 hay que decidir cómo y a
qué nivel se desea hacerlo. Incluso si hay un fracaso en 10, en 11 hay que
hacer frente a las consecuencias de este fracaso.
La 11 enseña como deberá hacer frente a las
consecuencias de su éxito o de su fracaso. La sociedad y, también la
colectividad superior, juzgan nuestro valor según nuestra manera de utilizar
nuestro éxito o nuestro fracaso como trampolín para una actividad futura más
valerosa y más significativa. Aquí la prueba consiste en no identificarse en la
lucha llevada para triunfar socialmente o profesionalmente porque, en este caso
no se es un individuo sino un esclavo del éxito, un éxito concebido de
antemano. No se pude entonces casi entrever una realización superior en la cual
trabajar a continuación. Se está contento de haber alcanzado el éxito
entrevisto orgulloso de si, se desea disfrutar de su prestigio, hacer alarde de
su riqueza y de su poder. En el caso de un ego que esté dominado por un
sentimiento de inferioridad -a causa de una incapacidad física, por ejemplo, o
de experiencias emocionales penosas en su juventud: sentimientos de
inseguridad, de discriminación racial o social, de humillación- se desarrolla
generalmente una actitud agresiva compensatoria que provoca tensiones e incluso
violencia hacia si mismo y los otros. En 11 se va hacer valer su protesta, su
resentimiento, su rebelión, su deseo de revancha o de destrucción, a menos que
el ego tenga la fuerza de compensar su negatividad y no desee huir en la droga
y otros paraísos artificiales o no se vuelva un disminuido psíquico. Se observa
el hecho que lo que pasa en las últimas Casas del mapa está cada vez más
condicionado por las experiencias vividas en las otras Casas. En un caso dado,
su interpretación se hace más difícil y más compleja. No basta con observar
simplemente el Signo de la cúspide, el planeta regente del Signo y los planetas
que contiene la 11. Así como la 10 hay que observar las otras tres Casas
Sucedentes y también la 10 que es un punto de partida de lo que ocurre en el
cuadrante Sur-Este. Hay que consultar también las experiencias y actitudes
relacionadas con la Casas 7, 8 y 9, ya que las experiencias que se tendrán en
11 depende en gran medida de nuestra actitud hacia las relaciones humanas y la
sociedad en general en 7. Si se está movido por la avaricia, la avidez o el
odio, se tendrá la experiencia del aislamiento social: no se tendrán amigos, se
volverá huraño, agrio, introvertido. Por el contrario, si se es en 11, capaz de
ser un reformador, de actuar en función de una visión futurista, de su fe en el
hombre, es ciertamente porque se habrá rehusado en 7 de tomar parte en las
relaciones superficiales, fáciles e insignificantes de su medio. Se habrá
también en 8, rechazado el conformismo, allí donde conformarse significa
hipocresía y sumisión a los comportamientos decadentes, insensatos o
destructores. En 9 se habrán desafiado las leyes de la costumbre y de la
tradición y se busca una sabiduría más noble y una visión más larga, más
universal de las cosas. En 10, se habrá intentado solo y sin el apoyo de la
familia o de la comunidad, encarnar el poder inherente a la colectividad
superior que permitirá arrojar una luz nueva sobre el significado y el objetivo
de la vida comunitaria.
♓️ LA CASA 12
Modo de Expresión: Cadente, Aprendizaje.
Regente: Piscis/Neptuno Nivel de experiencia: Alma y Emocional.
Con la Casa 12, llegamos a la última etapa del
ciclo de la experiencia individual. Es una etapa de síntesis durante la cual
hay que enfrentar con toda lucidez todos los frutos de las fases anteriores del
ciclo, para que la esencia de nuestros éxitos y de nuestros fracasos pueda
concentrarse en una simiente capaz de dar nacimiento a un ciclo verdaderamente
nuevo. En la tradición se tiene tendencia a subrayar el lado negativo de
nuestras experiencias, a ver tan sólo en la 12 nuestros fracasos personales o
sociales, nuestros miedos y nuestras frustraciones y muchos debutantes en
astrología se asustan de lo que puede pasar durante esta última fase del ciclo.
El carácter cíclico de toda experiencia es el concepto que falta en la
comprensión habitual de las Casas astrológicas. ¡Hay que saber que nada nace de
nada!; hay siempre un ciclo de manifestación anterior que condiciona un nuevo
ciclo. Y debe haber siempre también un nuevo ciclo durante todo el tiempo que
el universo manifestado exista. La duodécima fase de un ciclo es pues la de la
preparación de un nuevo ciclo. Durante esta fase no es necesario estar
hipnotizado por el pasado, por las cosas que están a punto de terminar, sino
actuar con vistas al nuevo principio que estará bien pronto allí. Esta
duodécima fase contiene todas las condiciones que se heredan de su propio
pasado y del de su raza, de sus padres y de la humanidad -todas las condiciones
y no solamente los elementos negativos o limitantes. Es el suelo, producto del
pasado, en el cual la simiente debe ser plantada. El suelo y la simiente son ambos
productos del pasado. Pero, al nacer, tenemos el poder divino potencial de
utilizar estas condiciones heredadas del pasado con fines nuevos. El AS. del
mapa simboliza este poder que es la Identidad Verdadera de un individuo o en
las Progresiones y los Tránsitos, el símbolo de la capacidad de utilizar el
planeta que acaba de pasar por una duodécima fase, en un nivel de actividad más
significativo. Es pues en 12 es donde se decide consciente o inconscientemente
si se desea o puede utilizar creativamente el pasado con un propósito nuevo,
incluso si se tiene aún más que una idea muy vaga de la naturaleza de este
propósito. Como dice Rudhyar "La verdadera vida creativa es una síntesis
constante de pasado y de futuro en un presente radiante -la síntesis de
recuerdos y de un objetivo por la intervención de un acto creador". No es
necesario que el poder colectivo de los recuerdos ahogue el tono del nuevo
ciclo, lo que ocurrirá si tan sólo se piensa en los significados negativos de
la 12, presentados en los manuales corrientes. La actitud pasiva o negativa
frente a las experiencias de la 12, hace que el futuro nuevo ciclo no será más
que una repetición del antiguo, en el mismo nivel de conciencia y de actividad,
a pesar de algunos cambios superficiales. Lo que ocurre en 12 está
inevitablemente ligado a nuestra forma de actuar en 11. Si, en 11, hemos
actuado de manera tradicional condicionada por los ideales colectivos de una
cultura y de una religión de nuestra sociedad, somos por lo tanto una expresión
inconsciente de estos ideales. Cuando nuestra sociedad y nuestra civilización
están actualmente en crisis, si continuamos viviendo según sus valores
decadentes y materialistas, sin intentar cuestionarlos, ¿cómo podremos escapar
al destino inevitable de esta sociedad, de esta civilización? E incluso si no
nos rebelamos contra estos ideales, como lo hacen muchos jóvenes, la presión de
las circunstancias debida a estos ideales continuarán dominando nuestras vidas.
Se desee o no, soportamos en 12 el peso del destino colectivo de la sociedad de
la que formamos parte. Tener una actitud constructiva es intentar liberarse,
interiormente, al menos, de esta dominación social y colectiva, es intentar
encarnar una solución nueva a algunos problemas sociales existentes. Si hay un
fuerte acento en la 12, lo que hay que comprender sobre todo es la necesidad de
conducir todo lo que se ha emprendido a una conclusión significativa,
conclusión que trae consigo la fuerza de un nuevo comienzo. Por ejemplo, hay
que observar que cada día constituye un pequeño ciclo de vida, que cada
experiencia deberá producir su cosecha de semillas, que cada relación humana
puede terminarse en belleza o encubrir una significación profunda, si se extrae
y si se comprende conscientemente el valor. Con un acento en la 12, hay que
plantearse constantemente preguntas sobre el valor no solo social sino también
personal y espiritual de lo que se hace, se siente y se piensa. A la larga hay
que querer proyectar sobre el mundo un valor nuevo, pero también preocuparse de
los resultados de esta proyección en la vida de los demás. No hay ninguna
conclusión que no sea capaz de desvelar un significado y un valor -incluso las
conclusiones que parecen más trágicas. El único fin trágico que se ve colmado
de fatigas y de molestias, es un estado total de incomprensión. Al final de la
experiencia de esta duodécima fase solo el significado y el valor de lo que se
ha vivido deben persistir. Que el ciclo se termine con una nota desgraciada o
feliz, en la realización de un éxito o un fracaso, hay que aceptar lo que se es
y estar dispuesto a actuar mejor en el futuro.
La 12 no es pues una Casa donde se encuentra el
karma y el apremio. Es también un dominio de realizaciones, símbolo del fin
perfecto, preludio de mañanas más gloriosos. No dice si se va o no a conseguir
ni si se van a dejar muchas cosas no realizadas al final de los pequeños y grandes
ciclos de la vida. No dice si se es capaz o no de hacer frente a lo que se ha
hecho o no se ha hecho, de aceptar su imperfección y volver a partir para un
nuevo intento. Pero nos dice cómo cumplir perfectamente si se es capaz. Nos
dice algo sobre la naturaleza de los recuerdos del pasado que nos atormentan,
los dominios en que persisten estos recuerdos, así como las experiencias no
vividas y los problemas que parecen sin solución. Dice también cómo ingeniarse
mejor con todos estos factores. De una forma más concreta, la 12 es sobre todo
la fase final de todo lo que ha tenido un principio en 7, por lo tanto, del
hemiciclo de actividades y de experiencias objetivas en las relaciones humanas
y en la sociedad y en la profesión. Es por lo que se encuentran en 12 los
resultados de sus éxitos o fracasos sociales, de relación o profesionales. Pero
más allá de todo, se encuentran en 12 los resultados menos evidentes de los
métodos que se han utilizado para alcanzar el éxito o que, a causa de nuestra
pereza, de nuestra inercia o de nuestra inconsciencia, han conducido a un
fracaso interior o social. Si se ha aprendido en 5, por ejemplo, a expresarse
de manera que no se perjudique a los otros -no solamente en el nivel
existencial, sino también el nivel psicológico- entonces en 12 y a pesar de una
realización exterior, se debe hacer frente a la sombra proyectada por su propia
manera de actuar. El éxito comercial o profesional puede ocasionar
resentimientos y enemistades e incluso la miseria y los sufrimientos a los otros.
En 12 pues hay que llegar a ser consciente de estos resultados negativos y de
sus consecuencias. Se llega a ser también consciente de sombras interiores:
nuestros miedos, nuestros sentimientos de culpabilidad, nuestros
remordimientos, la repetición de los recuerdos trágicos en nuestras relaciones íntimas-
sombras producidas por nuestros actos, nuestras palabras, nuestros
sentimientos, nuestros pensamientos, directos o indirectos, voluntarios o no, o
por nuestra falta de acción o palabra allí donde hubiera sido preciso actuar u
obrar. En 12 aprendemos que el individuo no vive en el vacío, que forma parte
de un todo más grande. Lo que hacemos en la vida como individuo no es la única
cosa que cuenta. Hay que tener en cuenta también la actitud de los otros y de
la sociedad, con sus instituciones de cara a lo que se hace. Dicho de otra
manera, como hemos nacido en un lugar y en un momento particular, la vida
establece límites definidos a lo que podemos realizar y cosechar. Y es en 12
donde se comprueba hasta qué punto se puede actualizar su potencial y que el
éxito reside en la calidad de nuestra vida, más que en el disfrute de los
bienes de este mundo. En "New Mansions for New Men", Rudhyar habla de
la transcendencia como palabra clave para la 12. Transcender en 12 quiere decir
que no se desea ya limitarse a los niveles biológicos y socio-culturales de la
existencia, sino que se desea, por un acto de voluntad y de valor espiritual,
identificarse meditando constantemente, a una imagen o a un símbolo universal o
al Ego Esencial; desgraciadamente, bien pocos de nosotros llegan a realizarse
así en la vida. Es por lo que, la mayor parte del tiempo, se ve 12 el conflicto
a menudo trágico entre el individuo y la sociedad, así como las consecuencias
de la incomprensión de esta última con respeto a lo que el individuo quiere o
puede aportar con vistas a una renovación de la colectividad. Es esta
incomprensión la que hace decir que la 12 es la Casa del exilio, del martirio,
de la expiación en una prisión. Hay que añadir el sufrimiento y el hambre
afligidos a los genios que las nuevas generaciones van a glorificar después de
su muerte. Para el hombre medio, la noción de la transcendencia quiere
generalmente decir que se está inmerso en el desafío de superar los niveles biológicos
y socio-cultural y de llegar a ser un auténtico individuo. Frecuentemente hay
que "exiliarse" para al menos superar el espíritu nacionalista o los
valores aceptados por el estado y la iglesia. Como consecuencia, algunos pueden
disponerse a caminar sobre la vía transpersonal volviéndose agentes de la
colectividad superior, ejemplos que, toman sobre ellos el sufrimiento de los
desheredados de este mundo que llegan a ser mártires.
(Tomado de los Dioses de la Sincronicidad, Alexander
Ruperti "La Rueda de la experiencia individual").
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