Será el protagonista de los próximos años
Neptuno fue descubierto a partir del comportamiento orbital de Urano, Saturno y júpiter porque cuando están cerca de Neptuno se generan anomalías en las orbitas de estos planetas. Inicialmente fue confundido con una estrella. Urbain Le Verrier en 1846 confirmó estos cálculos y acertó la posición del planeta. Neptuno posee 14 satélites o lunas que orbitan alrededor de el.
QUE NOS ESPERA POR CUENTA DE LA ENERGIA NEPTUNIANA Y SUS ASPECTOS
El camino recorrido durante el año 2021 fue marcado por el miedo, la crisis, la muerte y sobre todo por la parálisis económica mundial y el derrumbe de estructuras tanto personales como de toda índole, en la sociedad humana, gobiernos, creencias y modos de vida.
Saturno y Urano en un año 2021 cuadraron durante tres veces perfectamente pero durante todos estos meses estuvo latente su influencia arisca y de choque, una tensión que nos obligo a repensar nuestra vida, a evolucionar al fluir y a sufrir al negarnos.
2022 es una año que viene con la energía Neptuniana, una energía que todo lo disuelve como la sal en el agua, pero que nos resetea en nuevos inicios, la mayoría de las veces en confusión, sin saber hacia donde dirigir nuestro camino, con una puesta en el vacío y temerosos de lo que nos vamos a encontrar al lanzarnos tras un sueño del que no tenemos seguridad alguna, y muy especialmente a quienes han despertado en conciencia de lo que estamos viviendo como un momento bisagra que muestra un antes y un después.
2022 será un año para aplicar la lección aprendida y enfocarnos en un nuevo comienzo, nuevo en todo, invadido de sana espiritualidad energizada por la conjunción de Neptuno y Júpiter en el signo que ambos rigen: Piscis. Júpiter y Neptuno en Piscis, signo de agua, mutable que cierra y abre ciclos de refrescante vida, espiritualidad y trascendencia como respuesta a la disolución del ego, esos sentimientos inflados egoicos que tanto dolor generan en el alma humana, por eso cuidado con el orgullo que estará en un tobogán.
La creación de todo el colectivo humano de una nueva realidad ante el derrumbe de lo que se creía definitivo como las estructuras personales, políticas y económicas, empezará a dar nuevos frutos, generaran nuevos paradigmas, nuevas creencias, nueva vitalidad, nuevos símbolos de una humanidad modificada en profundidad en todas sus bases y estructuras dando un nuevo sentido a la vida que sentimos perdida cuando se dio la triple conjunción perfeccionada en 2020 por Plutón, Júpiter y Saturno, un aspecto que dio inicio a un ciclo desbordante de locura colectiva radicalizada e inimaginada.
Sumado a todo lo sucedido en estos dos años anteriores el eje de los Nodos, que es el punto matemático del cruce de la eclíptica con la línea de traslación de la Luna y que se convierten en ascenso y descenso como balanza caprichosa entre lo mágico, que empuja e incomoda hacia el don escondido del ser humano a veces o casi siempre desconocido en el Nodo Norte y lo cómodo de la zona que es costumbre sin oportunidad de evolución, más bien diría de involución y desidia de perpetuidad que es el Nodo Sur se convierten en puntos o vórtices de evolución de conciencia, que desde enero de 2022 pasarán de Géminis y Sagitario a Tauro y Escorpión, el eje de lo que produzco y lo que heredo en el amplio sentido de la palabra, el eje de las posesiones intangibles y tangibles. El eje en que esta Urano revolviendo y transformando nuestros modos de vivir la economía, la ecología de nuestro único hogar: el planeta Tierra y en general la transformación de los valores.
Con este sublime aspecto de conjunción entre Neptuno y Júpiter, que disuelve (Neptuno) y expande (Júpiter), Júpiter es el planea regente de Piscis, igual que Neptuno. Uno de los eventos astrológicos más relevantes del 2022 y que se perfeccionara el 12 de abril cuando Júpiter y Neptuno se unan en Piscis, aspecto que no sucedía desde 1856 y que pocas generaciones tienen la fortuna de experimentarlo; diría yo es un momento propicio para la confusión y la expectativa de lo desconocido, demarcaran un nuevo inicio de ciclo. Júpiter inicia un ciclo de 12 a 13 años para nuestra pobre humanidad agobiada y sufriente como dice la oración de Navidad. Y es aquí donde vienen los interrogantes de como significar lo que se inicia, de como dar sentido a lo que antes no existía o nunca se había hecho y de como orientar mi vida hacia lo desconocido. La trascendencia de la disolución que da Neptuno a la espiritualidad puede ser la fuerza que estemos necesitando para dar vuelo a la imaginación y a la creatividad con el impulso optimista de un Júpiter navegando aguas llenas de verdad, pero cuidado con la confusión que puede darnos Neptuno en aspecto con Júpiter que es tan optimista como visionario pero que magnifica lo que toca tanto lo bueno como lo malo.